Semanas atrás una triste imagen del mítico estadio brasileño claramente descuidado dio vuelta al mundo mediante redes sociales, dándose a conocer que a raíz de los últimos Juegos Olímpicos, algunas cuentas pendientes derivaron en el abandono al escenario deportivo.

Y es que, algún malentendido con la organización de los Juegos, junto con una pobre administración de fondos por parte del consorcio que lo administra, ha dejado al estadio hoy en un visible deterioro, que además de mostrar el campo de juego totalmente destruido, no cuenta más con algunos de los televisores que se disponían adentro, ni algunas butacas que fueron robadas durante este tiempo.

De todas formas, ninguno de los problemas antes mencionados supera al de la cuenta pendiente por el pago de luz que ya supera el millón de reales y hoy parece no tener una solución viable.