Algunas veces las estrategias de sport marketing, se enfocan en patrocinar a algún referente indiscutido, o a un equipo súper ganador sin haber sido parte de la historia de ese deportista o equipo. Esto responde en muchos casos al concepto de asociarse a una vidriera ya exitosa, pero sin haber sido parte de un proceso exitoso.

Sin dudas los procesos, generan mucho más contenido y muchas más historias para contar que simplemente estar con el ganador cuando éste gana. Además, la profundidad de estas historias dependerá del deportista en cuestión del equipo del que estemos hablando, o del ingenio del sponsor para generar contenidos alrededor de la figura.

Acompañar procesos desde el punto de vista de la inversión, siempre es más redituable, ya que uno permanece más tiempo relacionado al atleta, con posibilidad de más recordación de marca por parte de los usuarios/clientes afines al círculo en donde se mueva el referente.

Si éste finalmente llega el éxito deportivo, la inversión si obtendrá un ROI muy favorable en prensa y medios masivos. Claro que en el proceso, habrá que hacer un esfuerzo por parte de la marca, en identificar procesos con posibilidad de éxito, dar a conocer los pequeños hitos de este proceso, y/o generar por sí mismo el contenido para difundir.

Todo este proceso, bien supervisado y acompañado por una buena estrategia de redes sociales, puede reducir considerablemente los tiempos de llegada a los consumidores y pasar de pensar en campañas a pensar en historias paralelas con continuidad en el tiempo.
Pensar en que una buena estrategia en redes es “gratis” es un error muy frecuente. Las empresas que mejor se desempeñan en este campo, invierten mucho dinero en producciones y contenidos específicos para las redes.

Héroes en Redes

Hoy en día, estas redes, nos permiten inmiscuirnos en reality shows privados de los atletas que admiramos. Los más activos en redes sociales, pueden llegar a transmitir varias veces al día qué es lo que están haciendo o qué están comiendo. Esta ventana es súper importante para los seguidores del atleta en cuestión, pues este deportista lleva la vida que a sus seguidores o fans les gustaría tener. Despierta no solo admiración, sino hasta una envidia en tiempo real sobre donde y qué esta haciendo el emisor del mensaje y dónde el receptor.

Para quién está en una oficina mirando la proeza diaria de su atleta favorito, estas ventanas que abren el Facebook o el Twitter, representan mensajes teledirigidos de las marcas a esos consumidores detrás de la pantalla. PC, notebook, tablet, phablet, celular, etc., la información está y llega a todo lugar en cualquier momento, y sin fronteras territoriales ni márgenes de prime time.

Estas apariciones en redes, si están bien dirigidas, con un cierto grado de producción y asesoramiento (o simplemente con un poco de astucia de parte del atleta o equipo), pueden generar mayores y mejores resultados en la visibilidad de las marcas que lo acompañan, y seguramente un impacto más directo a la mente del consumidor.