Columnistas

Motivar es invertir

Las empresas recurren a los líderes deportivos para estimular a sus ejecutivos y a sus empleados. Un pequeño manual de estilo para entender el éxito de estas acciones. Por Carlos Manzoni
Motivar es invertir
Martes 15 de Abril de 2014
Las entradas se agotaron el mismo día en que salieron a la venta. No se trataba de una popular obra de teatro ni del artista musical del momento. No, el evento que nadie se quería perder era la charla “Pasión, Liderazgo y Trabajo en Equipo” del ex futbolista y entrenador Josep Guardiola, reconocido por su trabajo al frente del Barcelona de España. Esta escena, aunque con una escala más acotada, se repite con frecuencia en ámbitos que, a primera vista, parecen tener poco en común con el deporte: las empresas. Tanto en las grandes como en las pequeñas, figuras de este tipo son convocadas para hablar sobre tópicos que van desde el trabajo en equipo, la motivación y el liderazgo, hasta la gestión, el marketing y el management.

Pero cabe preguntarse, ¿por qué se elige a deportistas para dar estas charlas en lugar de profesionales de las diversas áreas? Uno de los motivos principales es por el éxito que estos han alcanzado ya que, como explica Ernesto “Palito” Fidalgo, primer entrenador de Gabriela Sabatini y director del departamento de tenis de River Plate, “si el deportista tiene chance de acceder a dar estas charlas es porque tiene o ha tenido cierto éxito, y el éxito gusta”.

También para Sergio “Cachito” Vigil, ex director técnico del seleccionado femenino de hockey sobre césped y actual coordinador de hockey y gerente deportivo de River, una de las claves del atractivo de estas figuras es la visibilidad de su éxito, un logro que dota al deportista de “la mística” de haber llegado a él “después de transcurrido un camino de esfuerzo, de perseverancia, de confiar en las propias fuerzas y unirse para conseguirlo”.

El lenguaje compartido

“El deportista siempre vivió un proceso antes de conseguir el éxito y, como la empresa está trabajando ese proceso, es útil”, afirma Vigil, quien considera, a su vez, que este atractivo se ve potenciado ya que estas figuras pueden “decir las cosas desde un lugar diferente” porque su lenguaje “es simple, frontal, corporal”, lo que “genera un lindo complemento con el lenguaje empresarial”.

Pero hay un elemento adicional: el sentimiento que despierta el deporte en las personas, que rara vez es similar al que evocan otras disciplinas. “En el fondo, todos somos deportistas –continúa el entrenador–. Más allá de que lo hagamos o no, el deporte es algo que moviliza a un porcentaje altísimo de la población, que genera una adrenalina y una energía diferente”.

Este punto es en el que también repara Gastón Mastrolía, director de Tus Ídolos, empresa argentina dedicada a idear estrategias para acercar a los símbolos del deporte a la gente y que es una de las organizadoras, junto a su socia, Consultora Med, de la visita de Guardiola a la Argentina. “La pasión que las personas sienten por los deportistas no la sienten por nada más. Un sentimiento así no lo genera un empresario exitoso o un especialista y es lo que le suma un valor agregado a estas charlas y permite que los empleados presten más atención ya que estas figuras no sólo hablan de los temas para los que son convocados sino que relacionan lo que pasa en la compañía con experiencias personales”, explica.

Y es este factor, justamente, el que resalta Fidalgo tras sus intervenciones en las empresas. “Desde el marco teórico, hay muchas cosas para decir que son interesantes pero lo difícil es ver cómo se bajan esas cosas en la práctica. Mi charla sobre motivación, que es una de las que más me gusta, la hago dando un estudio de un psicólogo deportivo y mostrando cuántos de los aspectos de esa teoría se dan en una situación real, como sucedió en un juego panamericano en el que fui capitán con un equipo de mujeres”, describe.

“Las charlas son muy buscadas en cualquier ámbito y hay de todo tipo”, afirma Mastrolía, quien señala que, en las empresas medianas y grandes, son más pedidas las de trabajo en equipo y liderazgo mientras que en las chicas lo son, principalmente, las de motivación. Estos eventos, detalla, habitualmente tienen una hora y media de duración, tiempo que incluye la disertación (los primeros 60 minutos) y un espacio para las preguntas de los asistentes, las cuales en un principio se centran en el tema en discusión y luego, por lo general, apuntan a la profesión y experiencia del deportista a cargo de la charlas.

Mastrolía especifica que las figuras más pedidas en la actualidad son, más allá de las disciplinas en sí, los líderes deportivos y los técnicos de seleccionados como Julio Lamas (básquet), Alejandro Sabella (fútbol) y Javier Weber (vóley). Llevar a este tipo de figuras, las más populares del momento, a una compañía tiene un costo que ronda entre los $25 mil y los $50 mil, aunque el precio de las charlas tiene un rango más amplio, que comienza en los $5 mil y se extiende hasta los u$s250 mil en el caso de figuras internacionales.

Optimizar lo laboral
Si bien el director de Tus Ídolos destaca la efectividad de estas intervenciones y el hecho de que no hay ninguna empresa que no las haya vuelto a realizar, Vigil advierte: “Las charlas de los deportistas tienen un impacto en ese momento, que dura una determinada cantidad de días, pero si ese impacto no viene acompañado de otro proceso de capacitación más profunda, no perdura. Es muy importante trabajar eso en equipo. Yo creo que los deportistas son para un primer impacto o para el medio del camino, un impacto para que puedan continuar en él, o hacia el final, para celebrar el camino recorrido, porque las analogías son muy parecidas”.

Ahora bien, estos eventos no son la única manera en que estos dos ámbitos pueden trabajar en conjunto. Otro formato es el de incluir al deporte en la vida empresarial.

En este sentido, de acuerdo al licenciado Daniel Codner, director de Codner Capital Humano, el desarrollo de actividades de este tipo es una herramienta interesante para el mejoramiento del clima laboral, “en cuanto al fortalecimiento y agilización de las relaciones interpersonales”, aunque está limitado no sólo al tamaño de la empresa sino también a los puestos dentro del contexto de la política de recursos humanos en que se sustenta esta actividad. “Creo, apoyado en nuestra experiencia, que resulta más beneficioso la realización de actividades interempresarias, torneos organizados con competidores, proveedores o clientes. Suele generar una sorpresa agradable jugar con alguien a quién se conoce solo por mail o por teléfono. La realidad virtual solo presenta una representación imaginaria del otro y la realidad del contacto puede realizar correcciones o adecuaciones que resultan beneficiosas para el negocio y para su personal”, sostiene el psicólogo.

El profesor Darío Gaiardo, director de Deporte y Empresa, compañía dedicada a la organización de estas actividades, coincide en los beneficios que brinda el deporte a los entornos empresariales. “El ejercicio actúa elevando las capacidades físicas y sobre el aspecto psicológico mejorando el humor. Un operario o empleado administrativo tiene un mayor y mejor rendimiento físico e intelectual cuando los niveles de estas capacidades están elevados, lo que permite también soportar los efectos del estrés. Por otra parte, el deporte permite la interrelación de distintos sectores y propicia el diálogo”, afirma.

Las acciones que organiza su empresa, que dependen del cliente y de las necesidades a satisfacer, incluyen desde actividades de relajación, masajes y yoga in office, hasta actividades deportivas fuera de la oficina como natación, fútbol, running team, gimnasia, danza y teatro. Sus precios son relativos y están condicionados, entre otros factores, por la cantidad de personal, sectores involucrados, duración y tipo de programa pero, por citar un ejemplo, un servicio básico in office de 30 minutos, tres veces por semana, ronda los $5 mil mensuales.
De todas formas, al igual que sucede con las charlas de los deportistas, los especialistas consultados resaltan que, para obtener los resultados buscados, es necesario que estas actividades sean sostenidas en el tiempo y formen parte de un proceso más profundo dentro de la compañía.

“Las personas son lo más importante que tienen las empresas ya que son las que sostienen el capital intelectual sobre el que se apoya su éxito. Si el deporte es encarado como una parte tendiente a mejorar el clima laboral y bajar los niveles de estrés y son constituyentes de una política empresaria, el deporte es beneficioso. Pero, si es encarado como un evento tipo aniversario, lanzamiento o fiesta para distraer, es tiempo y dinero perdido. Tampoco deberá ser un sustituto de actividades de mejoramiento constante de las comunicaciones internas y de favorecimiento de la participación de la gente en la empresa”, concluye Codner.