Sin dudas, una de las premisas del periodismo tiene que ver con no dejar para mañana lo que se puede hacer hoy. Que cualquier minuto que uno pueda dejar pasar puede ser tarde, sobretodo cuando de información y primicias se trata.

Escribir de Alejandro Sabella hoy podría parecer que se trata de una moda. Y hace rato que quería hacerlo, pero no lo hice. Y si es moda, no me importa. Porque en estas columnas semanales que nos encuentran en Marketing Registrado, siempre trato de poner de manifiesto cuánto me importa y cuánto valoro a los profesionales de nuestra industria.

Y sin lugar a dudas, que Alejandro Sabella lo es. Independientemente del resultado que obtuvo en el Mundial. Parece de otra galaxia, no parece del mundo del fútbol argentino. Perfil bajo, trabajador, estudioso, educado…. Lo que la Selección Argentina necesitaba. Lo que el fútbol argentino necesitaba.

Alguien que transmita valores. Alguien que enseñe. Alguien que le diga a los jugadores lo que es jugar por la camiseta y no por la plata. Que les enseñe que en las tribunas están sus hinchas, sus fans, aquellos locos capaces de hipotecar hasta lo que no tienen para acompañarlos a donde sea….

Alejandro Sabella lo hizo. En silencio, con humildad y sacrificio. Porque solo él sabe todo lo que soportó, lo que toleró. Las criticas constantes y despiadadas a todo. Si el arquero, si fulano, si zutano…. Si Messi, si Tévez…. Que el sistema táctico, que esto, que lo otro….

Y no hay mejor manera de demostrar que trabajar y callar. Y él, lo hizo. Y sus jugadores lo entendieron. El público y los periodistas también. Y hoy, se lo aclama. Se lo respeta. Y se pide que se quede.

Celebro la aparición de Sabella en este contexto. Porque además, nos enseñó a valorar los procesos, y no solamente los resultados. Mascherano, dijo que se traía de Brasil “un montón de valores”. Y yo creo que esa es la frase más exitosa y acertada que puede graficar este momento del seleccionado argentino de fútbol.

Sabella es un maestro del deporte. Un docente de la vida. Alguien que vive como dice que vive y que tiene la coherencia necesaria para sostener su discurso. Y eso genera credibilidad.

Pienso en Marcelo Loffreda con Los Pumas. Pienso en Cachito Vigil con Las Leonas. Pienso en Ruben Magnano y Sergio Hernández con la Generación Dorada del básquet. Pienso, remitiéndome a procesos exitosos contemporáneos del deporte argentino.

Maestros que marcaron el camino y que abrieron la puerta al futuro de otras generaciones para que las cosas sean un poco mejor. Qué importante su presencia. Cuánto aportaron.

Sabella, se suma a esta lista. ¡¡¡Bienvenido!!!