El término “ciclo olímpico”, que abarca el período de 4 años que va de Juego a Juego, es el tiempo en que los atletas definitivamente no están en el centro de la escena como estos días, en que dirigentes públicos y privados se acercan a ellos para sacar rédito de su imagen.

Luego estos atletas caen en el ostracismo nuevamente. Ya no hay flashes, ni notas, ni posibilidades de hacer comerciales, etc.

En nuestro caso, hemos decidido actuar por la inversa, desarrollando programas de largo plazo que cubren justamente estos ciclos olímpicos completos, para luego sí, cosechar los resultados durante estas 3 semanas.

Creamos el programa Road to Río que justamente buscaba darle al atleta las condiciones de entrenamiento y competencia óptimas para poder disputar la clasificación a un Juego. Casos como los de los colombianos Johnatan Chuky Botero y Fabio Castañeda, y la argentina Jacqueline Álvarez, son muestra de los resultados obtenidos.

En el BMX, asociarnos los últimos 4 años con Mariana Pajón también ha dado sus frutos. Si bien ella ya era campeona olímpica, estamos seguros que acercarnos a Pajón con un proyecto de largo plazo, ayudó a que su confianza y su planificación se mantuvieran al máximo nivel para enfrentar este nuevo desafío.

También en la ruta y en la pista estamos comenzando un proceso de selección de atletas para comenzar con un nuevo ciclo olímpico, con el foco puesto en Tokio 2020.

Es que tener representantes olímpicos, no solo multiplica el interés y la práctica de cada disciplina en un país, sino que también -logrando ese vínculo de largo plazo, que no necesariamente es oneroso para las empresas- una relación muy grande con los atletas a punto tal de obtener los mayores retornos sobre la inversión ahora, cuando todos los flashes apuntan a ellos.