Mucho se ha hablado ya de la situación de Colombia en cuanto a las condiciones naturales (geográficas y de biotipo de habitante) por las cuales el país cafetero es potencia mundial en ciclismo de ruta, especialmente en competencias por Etapas en donde la montaña hace la selección de los favoritos.

También hemos comentado el porqué del surgimiento de figuras dominantes en disciplinas como el BMX desde Colombia, como lo son la Bicampeona Olímpica Mariana Pajón, o los medallistas Okendo y Ramírez. Estas puntas del iceberg, son resultado de un entramado de clubes de barrio, pistas y nutridos calendarios de actividades para niños a partir de los cuatro años.

Ahora, en lo que a la industria de la bicicleta se refiere, Colombia también marca la diferencia. Luego de las victorias Mariana Pajón en los olímpicosy de Nairo Quintana en la Vuelta a España las tiendas de bicicletas de la calle 80 en Bogotá, están reportando ventas récord en estos días.

Las razones son varias. Por supuesto que las victorias deportivas ayudan al ánimo de los ciclistas o de quienes estaban pensando en adquirir una bicicleta, pero también hay otros factores muy importantes que hacen que las bicicletas sean el vehículo preferido de los colombianos.

Infraestructura

Desde hace ya muchos años, incluso bastante antes que Buenos Aires, la capital colombiana ha realizado las inversiones necesarias para que la bicicleta se convierta en un medio de transporte no sólo eficaz en las distancias cortas, pero también eficiente en las largas distancias mediante adecuadas conexiones con otros sistemas de transporte como el Transmilenio (versión local del Metrobus argentino), que incluso tienen estaciones de parqueo de bicicletas y la posibilidad de subir la bicicleta al bus, mediante un sistema de racks.

De más está decir que la cantidad de kilómetros de ciclo vías en Bogotá es la más extensa de América Latina según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo, representando el 15,6% del total de los kilómetros de ciclovías en esta región.

Además, Bogotá es segunda en el índice de cantidad de viajes en bicicleta que se realizan por día, siendo en bicicleta el 5% del total de viajes realizados por su población diariamente. La ciudad con coeficiente de viajes en bicicleta más alto es Rosario (Argentina), con 5,3% de viajes diarios en bici.

Política Arancelaria

Colombia, lejos de cerrar sus aduanas a los productos que provienen del exterior, para proteger a la industria de ensamblado local, simplemente favorece reduciendo al mínimo aranceles en aquellos insumos que son indispensables para el armado local de bicicletas, y que no poseen fabricación local.

Entonces, en Colombia, un ciclista puede realmente elegir que bicicleta comprar de acuerdo a su presupuesto, teniendo opción de “nacional” o “importado” sin restricción. La única barrera es verdaderamente el presupuesto que el consumidor desee invertir en su bicicleta.

Esta política va en contra mano de lo que en Argentina se lleva a cabo, en donde el consumidor ciclista no cuenta con posibilidad de elección de marcas y calidades en determinadas categorías de producto.

Esta política ha convertido a Colombia en el segundo país de América Latina (después de Brasil) en producción de bicicletas durante los últimos años, sin prohibir ningún tipo de bicicleta importada. Solo utilizando inteligencia recaudatoria, pero sin caer en trabas para-arancelarias.

Clusters

Al igual que otras industrias más desarrolladas, como la automotriz, la textil, etc, los minoristas en Colombia comparten plazas comunes de venta. En el país cafetero es común encontrar en cada ciudad importante polos minoristas en donde se pueden encontrar hasta 35 tiendas en 200mts de una misma calle, tanto en Bogotá, en donde hay dos zonas de este estilo (una de bicicletas “de batalla” y otra de bicicletas más Premium).

Este esquema comercial, sin duda alguna favorece al consumidor final en la toma de decisiones, al poder concurrir a un mercado prácticamente transparente y en donde encuentra todo tipo de productos.

En Argentina, sólo se puede encontrar algo similar en la ciudad de Córdoba y en San Miguel de Tucumán, aunque la cantidad de tiendas es notablemente menor.

Economía de Transporte

El colombiano promedio tiene muy claro la cuestión de los costos asociados a la bicicleta en términos monetarios y de ahorro de tiempo, y están muy presentes en su economía diaria.

Esta mentalidad no parece haberse instalado aún en la filosofía del argentino, en donde sin dudas el esnobismo alrededor de la bicicleta está creciendo (y esto favorece a su uso), pero aún no hay real conciencia por parte de empresas y organizaciones públicas sobre los beneficios concretos de largo plazo que su uso genera.