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Actividad física, ¿por la mañana, tarde o noche?

Actividad física, ¿por la mañana, tarde o noche?
Jueves 1 de Septiembre de 2016
Algunos prefieren la rutina deportiva al despertar; otros, por la noche. Sin embargo, no es lo mismo hacerlo antes del desayuno, a la hora de almuerzo o en la noche.

Ni para el cuerpo ni para la mente...

Por la Mañana...

Estudios recientes demuestran que, más allá de los beneficios musculoesqueléticos y cardiovasculares, la práctica deportiva por la mañana aumenta la capacidad de enfrentar las actividades cotidianas, porque cuerpo y mente funcionan como una unidad. A nivel fisiológico el ejercicio a primera hora es lo más efectivo para quemar grasas. Se equilibra el sistema endocrino y los ritmos biológicos. Además, se liberan un sinfín de hormonas como la endorfina, que es la llamada hormona del buen humor; y aumenta la circulación cerebral, lo que genera una sensación de alerta.

Por eso se dice que el ejercicio es una forma de empezar el día con el pie derecho.

Por la Tarde...

Es bueno que la gente dedique su hora de almuerzo al ejercicio, pero no que deje de comer. Sobre todo en verano se desaconseja la actividad física entre las 11 y las 16 horas por las altas temperaturas y el riesgo de deshidratación, salvo que sea en un gimnasio con ventilación. El aspecto positivo del ejercicio a esta hora es la distracción, pues normalmente, los lugares son atractivos, entonces la persona puede salirse de la rutina y concentrarse en otras cosas fuera del trabajo. Se aconseja almorzar unas dos horas antes de practicar deporte, para luego comer un snack y tomar abundante líquido. En este horario, la temperatura del cuerpo comienza a aumentar y los músculos están más calientes.

Por eso lo ideal es asistir al gimnasio a realizar entrenamiento con pesas, que apuntan a aumentar la masa muscular.

Por la Noche...

A diferencia de lo que muchos creen, el ejercicio nocturno altera el sueño. Uno queda acelerado por la liberación de endorfinas. Por eso no se recomienda hacer deporte de noche a menos que la persona realmente no tenga otra alternativa. En este caso, se aconseja que la rutina no sea diaria y que pasen al menos dos horas entre la última comida y la hora de acostarse. Lo ideal es que uno pueda descansar mínimo 6 horas y ojalá 8. Después de una noche sin dormir bien es mejor, directamente, no hacer actividad física.

Los expertos coinciden en que lo ideal es iniciar la rutina deportiva luego de un desayuno liviano.

Al realizar cualquier tipo de ejercicio el cuerpo quema calorías. Si se hace después de haber comido, se queman las calorías de la última ingesta, especialmente los carbohidratos. Si se realiza en ayunas, en cambio, el cuerpo recurre a las reservas de energía, que es la grasa que tenemos almacenada.

Para esto es necesario un estricto control médico y en ningún caso debe ser tomado como hábito.

Conclusión:
Para aquellos que les cuesta ser constantes con el entrenamiento le recomendamos que corran por la mañana para que sea la primer actividad del día, sino es probable que la jornada laboral u otros compromisos se interpongan en sus corridas.

Para los que no les gusta madrugar pero logran ser contantes les recomendamos que salgan por la tarde ya que en ese período del día el cuerpo alcanza su temperatura más alta. Para los que trabajan durante todo el día o prefieren entrenar en grupo la opción más recomendada es hacer ejercicios por la noche.

Lo importante es que pruebes todos los horarios y verifiques a qué hora te sentís más cómodo para seguir entrenando sin abandonar.

Y al margen del tipo de entrenamiento que realices, es fundamental que mantengas el horario del mismo firme. La intención de mantener una hora fija para entrenar es que puedas organizarte, realizar las comidas previas correspondientes y programar tu agenda de trabajo y social.