A casi diez años de su partida de Boca de manera confusa, Mauricio Caranta salió perjudicado del proceso judicial que él mismo inicio alegando “despido intempestivo”, en donde el juez falló en favor del club por “incumplimiento de contrato”.
Problemas con la dirigencia y algunos miembros del plantel profesional decantaron en la salida de un arquero que pasó de héroe a villano en muy poco tiempo y que a partir de su salida no hizo más que criticar el manejo del xeneize desde lo político y administrativo.
De esta manera, Caranta no solamente dejará de cobrar los 15 millones de pesos por los que demandó al club, sino que también se verá forzado a cancelar 1.7 millones por incumplimiento de contrato, sin contar con los intereses que inflarían la cifra hasta 8 millones.