La ajustada derrota frente a Trinidad y Tobago, junto a los respectivos triunfos de Honduras y Panamá la semana pasada, no solamente determinaron el orden en el grupo y la no clasificación al Mundial de Rusia por parte de Estados Unidos, sino que también significó el disparador de millones de dólares perdidos por parte de algunas de las multinacionales más representativas en su apoyo al deporte.

Siendo el fútbol el deporte que más creció en el país durante los últimos años, la ausencia del equipo nacional en la máxima cita mundialista llega luego de más de 30 años de asistencia regular en el certamen y genera -tal y como se explicó previamente- un impacto negativo exponencial en el ámbito comercial.

Desde las empresas encargadas de adquirir los derechos de transmisión correspondientes hasta patrocinadores técnicos y comerciales tales como: Coca-Cola Co., AT&T Inc., Anheuser-Busch InBev, Johnson & Johnson, Nike Inc., y Liberty Mutual Group Inc., reportaron serias modificaciones a sus planificaciones económicas iniciales de cara a la temporada entrante.

Con millones en juego, cada una de las marcas en cuestión habría puesto en marcha su plan de contingencia, del cual también han tomado parte algunos de los principales clubes de Europa, afectados por la situación en el desarrollo de su proceso de penetración de mercado.

Más allá de seguir siendo el principal evento deportivo en la grilla de cada uno de los televidentes norteamericanos, la próxima Copa del Mundo presentará un decrecimiento exponencial en su audiencia con reflejos considerables en las cuentas de todos sus patrocinadores.

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