Luego de albergar la Copa Confederaciones en julio de este año, Rusia a través de su Comité Organizador del torneo ha calificado como “un éxito” la planificación y puesta a punto del país como anfitrión para la próxima Copa del Mundo.

Con el Estadio Luzhnikí como el principal y último en finalizar sus obras, el gobierno local confía en que no se cometan los mismo errores en los cuales cayó Brasil durante la edición pasada.

Según confirma Nikolái Písarev, entrenador ruso y antiguo jugador del Mérida español, a la agencia de noticias EFE: “Estamos preparados o casi preparados. Tenemos experiencia en la organización de dos Juegos Olímpicos (Moscú 1980 y Sochi 2014), así que no creo que haya ningún problema para organizar el Mundial”.

De la misma manera se habla de una “revolución” en cuanto al transporte interno luego de que algunas de las sedes construyeran nuevos aeropuertos o renovado los que ya existían a fin de facilitar la experiencia de los miles de visitantes que acudan al certamen.

En cuanto a la seguridad, Rusia enfatiza la rigurosidad de sus procedimientos a fin de evitar toda clase de altercados dentro y fuera de las canchas.

De esta manera, la organización correspondiente concluye una de las fases del proyecto con el lanzamiento de entradas oficiales a partir del mes de septiembre, en donde cada aficionado deberá tramitar también la tarjeta Fan ID que ya funcionó en la Copa Confederaciones y permitirá una innovadora experiencia a modo de visa interna.

Te puede interesar:¿Quiénes son los futbolistas más costosos del nuevo campeón de Alemania?