"Revivo el momento en mi cabeza y se me vuelve a erizar la piel", dice Gustavo Ferrari, peñarolense que trabaja en herrería en La Paloma, departamento de Rocha, recordando el momento vivido cuando fue recibido por el Consejo Directivo de Peñarol. Carbonero de ley, Ferrari se acercó a la sede del club para ofrendar un hermoso escudo de la institución, hecho en hierro, que encontrará en el estadio su nuevo hogar.

"Me siento realizado con esta obra", recalcó Ferrari, recibido por el presidente Juan Pedro Damiani en la sala de sesiones del Consejo. El mismo artista regaló a la Asociación Uruguaya de Fútbol un escudo que hoy se luce en el Complejo Celeste. Pero, como peñarolense, sentía la necesidad de trabajar en algo para el club de sus amores. Así, con hierro reciclado, realizó un escudo hermoso, que fue recibido entre aplausos por los dirigentes.

También acercó a Fernando Morena una réplica del escudo, debido a la idolatría por el goleador histórico de Peñarol, actual Director de Relaciones Institucionales y Deportivas del club.

La obra para el estadio le llevó unos 15 días de intenso trabajo y contó con la colaboración de otros hinchas, que realizaron un aporte para los materiales. Quienes acompañaron a Ferrari en esta propuesta fueron Gustavo Curbelo, Mónica Frugoni, Giuliana Ferrari, Carlos Frugoni, Agustín Frugoni, Daniel De León, Diego De León, Nicolás Morales, Marcelo Cambre, Fabricio Illa, Hebert Silva, Sebastián De Muro, Pablo Kasselian, Luis Iguini, Lucio Iguini, Magela Niz, Leonardo Gil, Fernando Inglés, Alejandro Gómez, la familia Noseda Claramunt, Diego Cladera, Luis Ameigenda, Fernando Britos Hegui, Fernando Delgado Prieto, Leonardo Fregni y Bruno Fregni.

"Me emociona que se valore lo hecho, ha sido algo inolvidable para mí la bienvenida en la sede por parte de Damiani y todo el Consejo Directivo. Y ya me genera expectativa por otra obra que viene en camino", afirmó Ferrari, con el escudo ya en la sede, esperando ser parte de la historia de Peñarol, en el estadio.