El fútbol femenino de Argentina está creciendo a pasos agigantados. A un año de la profesionalización de la disciplina y luego de la participación de la Selección en el Mundial de Francia 2019 y la medalla de plata en los Juegos Panamericanos de Lima, las jugadoras tomaron una trascendencia mayor.
En estas últimas semanas, con el mercado de pases europeo en constante movimiento, fueron varias las argentinas que se fueron al exterior. Una de ellas es Vanina Correa, la histórica arquera del seleccionado argentino. A un año de haber firmado su primer contrato profesional en San Lorenzo, recibió una oferta para jugar en Espanyol de Barcelona, que milita en la Primera División de España. A sus 37 años y con 3 Mundiales en sus espaldas (2003, 2007 y 2019), hará su primera experiencia fuera del país.
Como todo futbolista que se desempeña en Argentina, para poder vivir y sostener a su familia (es madre de mellizos) tuvo que trabajar fuera del fútbol. Mientras defendía el arco del Ciclón, también fue cajera en la Municipalidad de Villa Gobernador Gálvez, de la provincia de Santa Fe. Para poder migrar a España tuvo que pedir una licencia de un año, la cual fue aceptada.
A lo largo de su trayectoria, Correa jugó en Rosario Central, Boca Juniors, Banfield, Club Renato Cesarini y Social. Con la Selección debutó en 2003, representado al país en numerosos torneos, pero con un lapso en el medio por maternidad.
Su próximo destino la sitúa en España, lejos de su familia y afectos pero con la ilusión de seguir creciendo deportivamente, agrandar su legado y dejar una huella argentina en el fútbol español.
Fuente: Infobae
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