Al morir Diego Maradona, más allá del dolor y la tristeza de sus familiares, amigos y fanáticos, es imposible no pensar y analizar el destino de la fortuna que generó a lo largo de su vida. No solo tuvo ingresos en sus 21 años de carrera como futbolista profesional, siendo una figura mundialmente reconocida siguió ganando dinero una vez retirado.

Según lo que publicó La Nación, Maradona tiene 5 propiedades en Argentina: el departamento de Segurola y La Habana, en Villa Devoto, otro en el mismo barrio, un departamento en Puerto Madero, una casa en Nordelta en la que viven sus hermanas y una en Bella Vista que se la cedió a su expareja Rocío Oliva y su familia.

Entre sus bienes, posee 4 autos en el país pero también le quedaron 2 muy valorados en Dubai: un Rolls Royce Ghost de 300 mil euros y un BMW i8 tasado en 145 mil. Además, en su paso como presidente honorario del Dínamo Brest recibió numerosos regalos como el anillo de brillantes valorado en 300 mil euros y una camioneta de lujo.

Como todo personaje público, el Pelusa firmó importantes contratos con distintas marcas y empresas. Los vínculo más destacados son con Konami (por el PES) y PUMA, a su vez tiene escuelas de fútbol que llevan su nombre en China e inversiones en Cuba y en Italia.

En cuanto a los números específicos es muy difícil de determinar la fortuna y la herencia para sus hijos. Según el portal especializado Celebrity Net Worth, las ganancias totales de su carrera rondarían los 500 millones de dólares. "A principios de los 80 era uno de los atletas mejor pagados del planeta, ganando varios millones al año de salarios y patrocinios con compañías como Hublot, Puma y Coca-Cola", apuntó el informe. Otros sitios hablan de un patrimonio entre 75 y 100 millones de dólares.

La pregunta es, ¿a dónde irá a parar todos estos bienes y millones? De acuerdo a lo que anunció Diego en 2019, él estaba dispuesto a donarlo todo. Sin embargo, como es de público conocimiento, tuvo varios hijos en su vida. Cinco reconocidos: Dalma, Gianinna, Diego Jr., Dieguito Fernando y Jana, todos ellos herederos naturales del patrimonio, y otros sin reconocer. La ley protege a los herederos forzosos (ascendientes, descendientes o cónyuge), otorgándoles el derecho a recibir siempre una "porción legítima”. En el caso de los hijos está fijada en las dos terceras partes de los bienes.

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