La Copa América fue variando tanto en formato como en nombre a lo largo de los años. Desde la primera edición en 1916 a la fecha, se jugó con distintos reglamentos, selecciones e incluso denominaciones.
Justamente, 105 años atrás en su inauguración se la conocía como Campeonato Sudamericano. Ese nombre se mantuvo hasta 1967, cuando pasó a llamarse como la conocemos actualmente. La primera de todas se jugó en Argentina por ser el año del centenario de la independencia. Sólo participaron 4 países: el local, Uruguay, Chile y Brasil.
Para ese entonces, el fútbol era amateur en Argentina. No se acostumbraba a competir torneos internacionales, menos aún organizarlos. Más allá de las ganas de jugar, los representantes argentinos también acostumbraban a realizar otros trabajos. De hecho, después del debut ante Chile (6-1), uno de los integrantes del plantel (Alberto Ohaco) tuvo que viajar por trabajo. Hasta ahí todo correcto, pero el problema es que no llegó a tiempo para el próximo encuentro.
Cuando hubo que enfrentar a Brasil, el equipo nacional no contaba con 11 jugadores. El partido estuvo en peligro y Argentina pudo haber quedado eliminada. Sin embargo, los dirigentes se dieron cuenta que entre los 15 mil espectadores estaban presentes José Laguna, jugador de Huracán y Claudio Bincaz, de San Isidro. Para evitar la descalificación, presentaron sus documentos, se pusieron las camisetas y salieron a jugar. No sólo eso, Laguna marcó el único gol del equipo (1-1).
La historia de Laguna con el fútbol es curiosa, primero fue dirigente y luego jugador. Había firmado el acta fundacional de Huracán, había sido el que acercó a Jorge Newbery a la institución, y el que propuso que el club llevara el blanco en su camiseta. A sus 26 años dejó la presidencia y se puso los botines.
Bincaz, por su parte, fue futbolista y jugador de rugby del Club Atlético San Isidro. A su vez, fue elegido capitán de la Selección Argentina del deporte de la ovalada y representante de yachting.
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