El Reino Unido anunció este jueves el congelamiento de los activos de 7 magnates rusos, entre los cuales se encuentra el presidente del Chelsea, Roman Abramovich, con una fortuna calculada en 11 mil millones de euros.

Por lo que los Blues, al encontrarse en suelo britanico, se verían imposibilitados de operar momentáneamente, lo que quiere decir que la venta del club quedaría postergada, no podrían negociar jugadores de cara al próximo mercado de pases, ni tampoco comercializar entradas y merchandising (camisetas y productos oficiales del club) al público. Los únicos simpatizantes que podrían ir a la cancha son los que ya adquirieron el pase anual.

Sin embargo, según lo aclarado por el gobierno, el club londinense obtendría una licencia especial para continuar con sus “actividades relacionadas con la competición deportiva”. Esto incluiría permisos para que el club siga jugando partidos y otras actividades relacionadas con el fútbol, lo que a su vez protegería a la Premier League, al fútbol y a los aficionados.



La sanción entra en vigor justo antes de que Abramovich pueda concretar la venta del Chelsea. Ya existían negociaciones con posibles compradores y se había dado a conocer lo que pedía el multimillonario ruso por el club: 3.000 millones de libras (unos 4.000 millones de euros).

En este sentido, el primer ministro británico, Boris Johnson, fue tajante: "Las sanciones anunciadas hoy son un paso más en el apoyo inquebrantable del Reino Unido al pueblo ucraniano. Seremos implacables en la persecución de quienes permiten la matanza de civiles, la destrucción de hospitales y la ocupación ilegal de aliados soberanos", afirmó.