A casi 7 meses del comienzo de la Copa del Mundo de Qatar 2022, que abrirá su telón el 21 de noviembre, la Asociación Uruguaya de Fútbol aún no eligió su lugar de concentración, ya que no encontraron un lugar adecuado de acuerdo a sus necesidades.

Diego Alonso, DT del seleccionado uruguayo, Guillermo Souto, preparador físico, y Jorge Casales, dirigente, tras el sorteo del pasado viernes, recorrieron varias instalaciones, pero ninguna los convenció. El problema radica en que los escasos complejos privados ya fueron repartidos entre selecciones privilegiadas y poderosas económicamente.



Canchas de entrenamiento, un gimnasio de primer nivel, espacios abiertos, lugares para montar una sala de aparatos, y zona húmeda (para recuperar después de los partidos/entrenamientos), son las exigencias básicas que busca cumplir la AUF, para no estar en desventaja con los mejores seleccionados del Mundial.

A su vez, desde la organización les ofrecieron lujosos hoteles para su estadía en el país qatarí, pero estos no reúnen las condiciones que necesita una delegación de fútbol, donde compartirían espacios con huéspedes y quizá con otras selecciones. Sin embargo, como plan B y a la espera de encontrar un búnker acorde, reservaron un hotel.