Campeonato Abierto de la República

114 VISA Open de Argentina: lo que desde lejos no se ve

El detrás de escena con un protagonista muy importante del campeonato más importante de Latinoamérica que dejó como campeón al colombiano Ricardo Celia.
114 VISA Open de Argentina: lo que desde lejos no se ve
Martes 19 de Noviembre de 2019

Jueves 7 am. Todo listo para que se empiece a escribir una nueva página en los libros de historia del golf argentino. El Jockey Club espera para dar el puntapié inicial al Campeonato Abierto de la República. Tanto los que tienen su nombre establecido como Andres “El Pigu” Romero, o los que recién empiezan a dejar las primeras huellas de vida profesional como Ale Tosti, hacen su puesta a punto para empezar a perseguir la corona más importante del país y el boleto que les permita ir a jugar el torneo más antiguo del mundo (con su respectiva jarra Claret) en Inglaterra el año entrante. Los rugidos del corazón empiezan a querer hacerse sentir y todos los presentes empiezan a “ajustarse los cinturones”. Está todo listo. Pero falta la orden de inicio de Santiago Brescia, un chico que entiende todo lo que pasa en esta función y tiene una historia y un rol importante que merece ser contado:

- ¿Qué significa ser por tercera vez el Starter del Abierto de la República Argentina?

- Trabajar en el torneo de golf más importante de Argentina y, probablemente, el más importante de la región, siendo uno amante del deporte, es único. Pensar que fui a ver abiertos como espectador y hoy en día me encuentro del otro lado. Siempre es una alegría por lo que representa para el golf argentino y todos los nombres que han jugado y ganado este torneo. Se disfruta mucho. Uno soñaba en jugar el Abierto cuando era chico, pero me tocó llegar por otro lado y no por el juego (risas).

- Justamente en referencia a los sueños que contabas, la pasión nació en algún momento. Ahora bien: ¿cómo fueron tus primeros pasos en el golf y qué te motivó a empezarlo?

- Empecé a jugar al golf de muy chico, a los cuatro años. Mi papá es profesional y me enseñó el deporte. Nunca me obligó a jugarlo, solamente me guió en el camino y yo decidí seguirlo. Jugué toda mi vida en el Club Hípico y de Golf City Bell. Con 21 años me recibí de instructor de golf y empecé a trabajar dando clases y en el tema de torneos y gerenciamiento en varios clubes de la zona. Hoy en día estoy con otros emprendimientos comerciales fuera del golf. Pero sigo trabajando en el Abierto de la República y en el Molino Cañuelas Championship, otro evento del PGA Tour Latinoamérica. Juego al golf por gusto propio, con amigos. Trato de divertirme y disfrutarlo sin presiones.

- Has visto pasar nombres que alguna vez seguiste por tele como Ángel Cabrera y “El Gato” Eduardo Romero, entre otros: ¿Cuál es tu sensación al verlos en el tee del 1 antes de anunciarlos? ¿Cómo es el trato con ellos?

- Uno siempre tenía una idealización de grandes nombres como “El Pato” Cabrera, “El Gato” Romero y José Cóceres, entre otros. Jugadores que compitieron en Estados Unidos, Europa y ganadores de grandes torneos. Pero al momento de estar en el tee de salida con ellos, uno ve la parte humana, donde charlan entre ellos de cualquier cosa, menos de golf. Se hacen bromas, y cuentan anécdotas. Por más que debe haber momento de ansiedad o nerviosismo antes de pegar el primer tiro, sinceramente no lo hacen notar.

-¿Y te ha pasado que alguno venga y bromee con vos?

- Si. Muchos se ponen a charlar en la espera de su salida y se los ve relajados. La experiencia los hace manejar mucho esa presión que muchas veces uno tiene hasta siendo aficionado en el tee del 1. Pero cuando les digo “estamos en horario para pegar”, automáticamente cambian el chip y ya se enfocan en jugar al golf.

- Así como hablamos de nombres brillantes, vemos también a muchas promesas que compiten en este tour latinoamericano tan exigente. Desde tu humilde opinión, cuando los ves pegar en su salida, ¿hay alguno que decís “este tiene futuro de EEUU” o es muy difícil determinarlo?

- El nivel de juego ha crecido muchísimo los últimos años. Hay muy buenos jugadores que vienen de afuera. Muchos de los que hoy vemos en el PGA Tour pasaron por el PGA Tour Latinoamérica, como es el caso de Julián Etulain o Nelson Ledesma. Es muy difícil determinar quién puede llegar o no. Creo que, el jugador que llega, tiene que reunir varios requisitos fundamentales por la exigencia de los torneos. Ser constante, practicar mucho, pero más que todo, tener mucha mente para jugar bajo presión. Todos pegan a la pelota muy similar, no hay mucha diferencia técnica entre competidores. Pero hay quienes saben cuándo pisar el acelerador mejor que otros. Tienen una mentalidad más ganadora y eso lo ves con la constancia en los resultados durante el año.

- Me hablas de “mentes bajo presión” y recuerdo que también todos tenemos miedos. Más en lo que nos gusta porque sino no tendríamos interés en lo que estamos haciendo. ¿Cuál es el tuyo en el momento de presentar, teniendo en cuenta el tiempo que estás ahí? ¿Cómo asumís esa responsabilidad?

- Mirá, yo comencé a trabajar haciendo de starter en torneos para el PGA Tour Latinoamérica en el año 2017 en el Cañuelas Championship. Anteriormente, tuve un encuentro con Carlos Silva, el encargado de los torneos de la AAG. En la charla, yo le dije si podía trabajar en algún torneo como voluntario o lo que fuere. Siguió la conversación y me preguntó si me animaba a ser Starter en este torneo. Acepté, entendiendo que en la primera vez uno siempre está nervioso queriendo no equivocarse. Además, no sabía cómo iba a desarrollarse, al ser algo nuevo para mí. Pero me dieron tranquilidad y algunas indicaciones de cómo más o menos tenía que manejarme con las salidas y con mi laburo en sí. Hice lo mejor posible y yo creería que no me fue mal y que les gustó la forma en la que trabajé. Luego, en ese mismo fin de año, me llamaron para el Abierto de la República. Ahora, este el tercer Abierto mío y la verdad que ya uno no se pone más nervioso porque sabe cómo funciona todo. Actualmente, más que nervioso, siempre estoy esperando que llegue el momento realmente. Estoy relajado, lo disfruto y el ambiente es muy lindo.

-¿Qué pensás que hizo que vos en estos tres años estés en el lugar donde estás y con sensaciones de poder llegar a más? ¿Tuviste algún referente o fuiste con tu propio estilo?

-Yo creo que lo hago con mi propio estilo. En un principio me dijeron como tenía que hacerlo más o menos y ya después de la primera vez, algunas personas que trabajan para la AAG o para el Tour Latinoamericano me dijeron que estaba muy bien. Desde ahí, lo empecé a hacer a mi manera porque la confianza ya te la da el saber lo que va a pasar, cómo va a ser dar las salidas, entre otras cosas. Ya uno sabe los tiempos y todo lo que tiene que armar y hacer y como presentar. Es simplemente eso.

- ¿Cómo siguen tus tareas luego de haber dado inicio al último grupo de cada día en el torneo? ¿Qué tanto se trabaja en equipo en los temas organizativos?

- Después de dar la última salida, me encuentro con otros compañeros del campo que están en otros sectores. Siempre uno trata de dar una mano y ayudar en todo lo que se pueda para tratar de que el torneo salga lo mejor posible y lo más prolijo. Hay gente trabajando de mucha experiencia en esto, que hace muchos torneos que participan. Yo probablemente sea uno de los más nuevos pero con una responsabilidad bastante grande. Pero todos son importantes, no podría faltar alguno de ellos para que todo funcione correctamente. Todos saben lo que tienen que hacer. No hay nada improvisado. Todo está tan organizado a tal punto que cada uno sabe su labor y, mayormente, todos saben hacer los trabajos de todo de manera de poder reemplazarse o cubrir. En resumen, tratamos de ayudarnos entre todos en lo posible. El torneo está muy bien organizado, es muy cómodo trabajar acá. Con los compañeros hay muy buena onda y se disfruta mucho de ese ambiente.

En algunos de éstos torneos hasta dormimos en el mismo lugar, estando todo el día con estas personas. Entonces, generás lazos de amistad que, cuando llega el Abierto, los volvés a ver. Te divertís y te contás las cosas que pasaron en el tiempo. Con los que generamos mayor amistad, nos hemos juntado alguna que otra vez en el año a jugar al golf o cosas así.

- Una vez que termina un torneo, hay ganador y es el turno de volver a casa. ¿Cuáles son tus sensaciones con respecto al golf?

- Yo creo que el golf me dio mucho: amistades, una profesión, otros trabajos, alegrías, enojos, tristezas, nervios... Me dio de todo un poco. Realmente, la mayoría de mi entorno está ligado al golf. Es un gran deporte que, cuando uno lo conoce, se empieza a transformar en una pasión. Ojalá pueda seguir haciendo esto y quién sabe, algún día formar parte de un gran torneo como podría ser The Masters en Augusta National. ¡Ese sí sería sueño cumplido!

Llega la noche. Seguramente, luego de una jornada agitada, Santiago y todos los que se encargan de que el Abierto de la República salga con una calidad envidiable se van a ir a dormir sabiendo que, en estos cuatro días, el show debe continuar con la voz de él. Todos estarán con sus celulares registrando cada momento de su jugador preferido. Y en algún lugar de esa foto o video de cada móvil de ese fanático que entiende las sensaciones que genera el golf, estará él. Ese protagonista que DESDE LEJOS NO SE VE.

Matias Torge para No Está Dada

Galería

Foto: Santiago Brescia, el starter por tercera vez consecutiva del Abierto