La nueva generación del tenis argentino arrasa en el circuito Challenger, y no solo ilusiona a futuro sino que también regala un magnífico presente: Argentina, gracias a sus 19 títulos, es el país con más trofeos en este nivel en lo que va del año, por encima de Francia (18), Italia (13), Gran Bretaña (8) y España (8).


El último en coronarse fue Juan Manuel Cerúndolo, quién el domingo se quedo con el prestigioso Challenger de Buenos Aires, ganándole la final a su compatriota, Camilo Ugo Carabelli. Y si bien estas torneos no son del primer nivel de la ATP, son el trampolín más cercano: suman puntos, confianza, experiencia, e ingresos.


Para hablar con números, el certamen cordobés y el Challenger de Buenos Aires, ambos categoría 80 (por los puntos que entrega), reparten 46 mil y 53 mil dólares, respectivamente. Sin embargo, la cifra depende de la envergadura del torneo, ya que hay distintos niveles de Challenger (50, 80, 90, 100, 110 y 125), y por lo tanto se entregan distintos premios y puntos para el ranking.

Aunque las cifras parezcan enormes, si se traza una comparación con las competencias de primer nivel ATP, la distribución total de cada uno de los dos torneos mencionados es, por ejemplo, la mitad de lo que ganó solo un jugador por jugar la primera ronda del del US Open, 80.000 verdes. Si miramos los ATP 250, como el último Abierto de Buenos Aires, el certmaen entregó premios por 687.000 dólares.

Está claro que no es lo mismo jugar en el Raquet Club, en Flushing Meadows o en el Lawn Tennis Club, pero no por eso deja de ser destacable el éxito argentino en el circuito Challenger. Al fin y al cabo, para ser competitivo hay que dar un primer paso, y las nuevas camadas lo están dando en gran escala.