El desafío físico extremo que pondrá a prueba a Franco Colapinto
Franco Colapinto se enfrenta a un desafío mayúsculo con su participación en el Gran Premio de Singapur, uno de los circuitos más demandantes de la Fórmula 1. Tras un paso complicado por Bakú, donde un toque lo relegó al 19° puesto, el argentino busca reencontrarse con un rendimiento competitivo al volante del Alpine A525.
El trazado urbano de Marina Bay no solo exige precisión técnica por sus 23 curvas y zonas estrechas, sino que también plantea un desgaste físico extremo. Con temperaturas que superan los 33 grados y una humedad cercana al 90%, los pilotos llegan a perder hasta cinco kilos en líquidos durante la carrera. Consciente de esta exigencia, Colapinto dedicó parte de su preparación a entrenamientos específicos para aclimatarse al calor y sostener la intensidad de las 61 vueltas.
“El año pasado ya pude sentir lo difícil que es correr aquí. Por eso entrené pensando en estas condiciones extremas”, señaló el joven de Pilar en la previa, destacando también el atractivo de correr bajo las luces nocturnas en un circuito que combina velocidad, técnica y espectáculo.
El argentino llega al tramo final de la temporada con la mira puesta en consolidar su adaptación a la categoría y sumar experiencia de cara a su futuro profesional. Desde su debut en Emilia-Romaña, donde fue 16°, Colapinto mostró progresos y estuvo cerca de los puntos en Zandvoort. Ahora, busca que Singapur represente un nuevo paso en esa curva ascendente.
El Gran Premio será una verdadera prueba de resistencia, tanto para él como para Alpine, que ocupa el último lugar en la tabla de Constructores. Sin embargo, la motivación del equipo está puesta en dejar atrás el mal trago de Bakú y aprovechar la oportunidad de redimirse en un escenario icónico de la Fórmula 1.