Robinho supo ser el protagonista de todas las tapas de los diarios y revistas deportivas durante algunos años. Pero luego su carrera comenzó a dejar de estar en los clubes más importantes del mundo y pasó a ocupar un lugar secundario. Cuando parecía que su carrera ya estaba terminada, le llega una nueva oportunidad, en uno de los equipos más importantes para él.

A los 36 años, el jugador brasileño decidió regresar al Santos, el equipo donde comenzó su carrera futbolística y donde jugó su máximo ídolo, Pelé. Este fue quien en 1999, cuando Robinho tenía solo 15 años, lo eligió públicamente como su heredero.

Tras un paso por el fútbol de Turquía, en el que logró consagrarse campeón, firmó con el “Peixe” por 5 meses, a cambio de un salario que llamó la atención de muchos de los fanáticos del fútbol en general, ya que apenas cobrará el salario mínimo del fútbol brasileño, 1.500 reales.

El propio club decidió presentar la incorporación bajo el título: “La última pedaleada”. Además, el jugador uruguayo Carlos Sánchez, que llevaba la camiseta número 7, decidió cederle el número por ser su histórico número en la institución.



En cuanto a su contrato, si bien el salario estipulado podría considerárselo simbólico, su relación con el club estará llena de premios deportivos. Por ejemplo, si juega 10 partidos cobrará 54 mil dólares, mientras que si al final de la temporada completa 15 partidos, recibirá otro premio por el mismo monto. Habrá que esperar a que hayan pasado los 5 meses para ver cuánto dinero se termina llevando.

Robinho surgió en el Santos y sorprendió a todos. El Real Madrid fue el primero que se fijó en él y se lo llevó a cambio de 30 millones de dólares. Luego su carrera continuaría en el Manchester Ciy, Milan, Sivasspor y Basaksehir. En el medio tuvo 2 pasos por el Santos y una escala en el Atlético Mineiro.