Una vez más, el fútbol nos regala una historia de sacrificio y superación, esas que hay para la colección. En este caso, el protagonista es Diego Pituca, hombre importante para que Santos sea finalista de la CONMEBOL Libertadores.

Seguramente el presente que está viviendo no era algo que se hubiese imaginado 10 años atrás. Precisamente porque allá en 2011, cuando recién empezaba, le llegó una propuesta para sumarse al Peixe pero la rechazó. Tenía apenas 18 años y era una promesa en Brasilis, equipo del interior de São Paulo. Sin embargo, decidió abandonar el fútbol para ayudar en la economía de la casa. Colgó los botines para trabajar en una zapatería.

El tiempo le mostró que esa tampoco era la solución para llevar tranquilidad a sus padres. Un año más tarde retomó la actividad deportiva y en 2012 firmó su primer contrato con Guaçuano, club de su ciudad. Luego pasó por Matonense, União São João, Botafogo, hasta llegar a Santos en 2017. Tuvo que pelearla, como siempre, para ganar la consideración del entrenador. Ya en 2018 se consolidó en el equipo y hoy en día tiene contrato hasta 2023.

En sólo 10 años, Pituca pasó de vender zapatos a meter el primer tanto que abrió la goleada de Santos ante Boca Juniors y el pase definitorio a la final de la Libertadores.

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