Las autoridades del fútbol chino anunciaron el regreso a las actividades para el 25 de julio, luego de más de 7 meses de parate producto de la pandemia del coronavirus.
La situación sanitaria y el retraso del inicio de la temporada obligaron a los organizadores a plantear un nuevo formato. Los 16 equipos de la Superliga se dividirán en 2 grupos de 8 y jugarán en 2 sedes, Dalian y Suzhou, para evitar desplazamientos excesivos.
Lo que queda aún pendiente es la participación de los extranjeros en este nuevo campeonato. Con las fronteras cerradas desde fines de marzo, y sin intensiones de abrirlas a corto plazo, hay varios futbolistas que no están en China y no tienen manera de entrar. Esta medida afecta a unos 50 profesionales, entre jugadores y cuerpos técnicos. Dentro de los nombres más conocidos están los brasileños Paulinho, Hulk y Oscar, quienes sí pudieron regresar al país, pero aún quedan casi un tercio de extranjeros bloqueados en el exterior.
A diferencia del resto de las ligas que ya retomaron, aún no definieron si los partidos contarán con la presencia o no de público.
A fines del año pasado, la Asociación China de Fútbol (CFA) había anunciado una nueva medida de tope salarial para sus futbolistas a partir de la temporada 2020. La regla impuso una restricción salarial para jugadores extranjeros a un máximo de 3 millones de euros por año. Tal es así que, ya no existirán contratos multimillonarios como los de Carlos Tevez al Shanghai Shenhua (casi 38 millones de euros por año), o el de Oscar al Shanghai SIPG (27 millones de euros).
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