El paso de Diego Maradona por el Sevilla no fue tan bueno y largo como los hinchas del equipo andaluz querían. Diego llegó tras una conflictiva salida del Napoli y en el club estaban preocupados por ver cómo se comportaría en su segundo paso por el fútbol español.
Fue a partir de esto que los dirigentes del club decidieron contratar una persona que se encargara de ser la sombra de Maradona para controlar su estilo de vida. El detective Charlie M. fue contratado gracias a los comentarios de otro espía que era amigo de un directivo del Sevilla.
Charlie M. debía controlar que Maradona estuviera en su casa, descansara y fuera de los entrenamientos para su casa, la cual compartía con Claudia Villafañe y sus hijas.
"La casa en la que vivía no tenía salida, eso era lo bueno. Era un chalet y solo tenía una salida. Entonces pusimos un coche ahí y nos íbamos turnando. Esa casa era como una tienda de 'El Corte Inglés'. Contamos 18 o 20 italianos y argentinos entrando y saliendo. El tema es que Maradona no iba a entrenar. Se metía allí a las seis de la mañana”, comentó Charlie M. en una entrevista con “Vozpopuli.com”.
Además, agregó: “Yo llevo 30 años en la calle y sé qué gente era. Aquello era un desastre. Hasta filtramos amigas en su entorno. Eran groupies de futbolistas. Eran como modelos y con eso les pusimos la trampa. Metimos mano ahí. Maradona era muy buena gente, pero era muy perezoso. Eran las 5 de la mañana y a las 10 tenía que estar en la ciudad deportiva entrenando”.
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El paso de Maradona por el equipo sevillano no fue del todo bueno y no terminó de la mejor manera. Los directivos aprovecharon toda la información que este espía juntó con el correr de los días y desvinculó a Diego.
Maradona había llegado al Sevilla para ser dirigido por Carlos Salvador Bilardo, el entrenador de la Selección argentina en México 1986. Solo llegó a jugar 29 partidos y convirtió 8 goles. En cuanto al espía, este ganaba entre 2.000 y 3.000 pesetas por cada hora que pasara siendo la sombra de Maradona.
Fuente: Tyc Sports
