Ya pasaron las primeras horas de revolución para Barcelona luego de las elecciones que posicionaron a Joan Laporta como el nuevo presidente del club tras conseguir el 54,2% de los votos y superar los 29,9% de Victor Font y los 8,58% de Toni Freixa.

Ahora es tiempo que el flamante presidente se acomode para empezar a trabajar en los retos que se le avecinan para volver a colocar a los culés en los primeros planos internacionales. En primer lugar, el tema que a todos los fanáticos del club inquieta es la continuidad de Lionel Messi. El argentino tiene contrato hasta el 30 de junio de 2021 y todavía no está claro cuáles son sus intenciones. A lo largo de la campaña, Laporta remarcó su buena relación con La Pulga, a quien ya conoce por su primera experiencia como presidente. La presencia del 10 en la sede de las elecciones fue un visto bueno, siendo la primera vez que se acerca a votar como jugador. Tener a Messi en el club solucionaría varias patas, desde la deportiva, la comercial e incluso la emocional.

Otro punto importante es la renovación del Camp Nou. "Los grandes retos no nos asustan, nos estimulan. Y este es el proyecto del Barça más emblemático en los próximos 100 años. Lo van a disfrutar muchas generaciones”, remarcó Laporta. Desde hace un tiempo que el club está trabajando en las obras pero aún no llegaron a completarlas. Entre sus ideas está hacerlo en una fase y no en varias para poder tenerlo listo en 2024, coincidiendo con el 125 aniversario del club.

La gran deuda de 1.426 millones de dólares que se registró según la memoria económica 2019-2020 es uno de las mayores preocupaciones. Eso va de la mano con la idea de buscar nuevos o afianzar los ya patrocinadores, ampliar la base de socios, producción de contenidos, reajuste de salarios y contención del gasto.

Con los números en rojo, su plan deportivo está apuntado a devolverle a La Masía su lugar de prestigio a nivel mundial. La propuesta es la de volver a tener la mejor cantera del planeta y que sus jugadores nutran al primer equipo.

Por último, para recuperar el sentido de pertenencia, Laporta quiere reclutar a exjugadores y leyendas del club. Entre los principales nombres aparecen: Carles Puyol, Xavi Hernández y José Ramón Alexanco, entre otros.

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