Se definió la final de la presente edición de la Champions League, donde el Real Madrid y el Liverpool pelearán por la orejona en París. ¿El actual campeón? El Chelsea de Thomas Tuchel, equipo que la temporada anterior estaba de festejo en festejo y hoy peligra su lugar en la liga local.



La salida de Roman Abramovich como dueño del club londinense, luego de su relación con Vladimir Putin, Presidente de Rusia y uno de los protagonistas de la guerra que aún sigue presente en territorio ucraniano, dejó una incertidumbre sobre los nuevos al mando de un club que fijó su precio en casi 4.000 millones de euros.

Los “Blues” llegaron a tal punto de tener que ser los mismos jugadores quienes pagaran los costos de traslado del primer equipo, luego de que las cuentas se encuentren congeladas y hasta las oficinas de recursos humanos, marketing y comerciales sufrieron una gran cantidad de despidos. Ahora el problema es aún mayor: Podrían no disputar la próxima Premier League.

Así de crudo como suena, es real. El equipo tiene hasta el próximo 31 de mayo para que se les apruebe la licencia operativa que les permite jugar en Inglaterra y en Europa y se las podrían denegar en caso de no presentar un nuevo dueño al mando.



Cuando todo parecía estar encaminado para que Todd Boehly, accionista de los Lakers y dueño de los Dodgers de la MLB, adquiera el club por un precio de 4 mil millones de euros, una nueva acción de Abramovich podría trabar el acuerdo y poner al club contra las cuerdas.

El exmandatario exige que se le cancele el préstamo de 1.900 millones que le hizo al club desde una “misteriosa” sociedad, pero en el gobierno británico sospechan que ese monto puede ir para financiar a Rusia.

Lo que sí está claro es que el equipo tiene menos de 1 mes para resolver sus asuntos antes de que expire su licencia y deberán pasar primero por la UEFA y la EFL para lograr volver a competir la próxima temporada.