La propagación del COVID-19 por todo el mundo ha hecho que múltiples actividades debieran suspenderse, con todo lo que ello implica. En el caso del deporte, la cancelación de los eventos implicó que los atletas debieran pasar a entrenarse por su cuenta para mantener sus físicos.
Pero también, la suspensión de las actividades implicó que muchos clubes, equipos y federaciones sufrieran la pausa de pagos por parte de sus patrocinadores. Esto, a su vez, generó una crisis económica sin antecedentes y convirtió al deporte en una de las actividades más castigadas.
Según El Mundo, el deporte representa casi un 2% del PBI mundial y un 75% del dinero invertido en patrocinio a lo largo y ancho de todo el planeta. En estos momentos, por la ausencia de competencias nacionales e internacionales de todos los deportes, se han puesto en peligro 15.000 millones de dólares de los 50.000 que produce esta industria por año.
Uno de los deportes más golpeados con esta situación es el fútbol que, sin competencias hasta el momento, está viendo qué sucederá con los patrocinadores.
Mientras los gobiernos de la mayoría de los países afectados por esta pandemia extienden las cuarentenas, las empresas que forman parte del fútbol se encuentran revisando y estudiando cláusulas para perder menos dinero.
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La creatividad es otro de los puntos más importantes en este momento. Ante la falta de eventos, las marcas que patrocinan a equipos y atletas han tenido que comenzar a idear nuevas formas para mostrarse. En estos momentos, si bien es importante vender, también es importante mostrarse enfocado en enviar un mensaje adecuado.
¿Una vez que pase la pandemia, todo volverá a ser como era antes? La mentalidad de los consumidores parece que habrá cambiado por mucho tiempo. Esto implicará un importante desafío para las empresas que deben vender un producto.
Fuente: Marketing Directo
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