Opinión

Los Dorados de Maradona, el Sinaloa de Maradona

Columna de Opinión de Javier Llausás Corona, gerente de marketing de Dorados.
Los Dorados de Maradona, el Sinaloa de Maradona
Jueves 26 de Noviembre de 2020

“Entreno en un campo donde se respira futbol. Donde nos dejan trabajar sin interferir y con una directiva que empuja para que todo marche bien. La gente en Culiacán me ha recibido como un hijo y estoy muy contento por el cariño brindado”.

Desde su primer día en Culiacán, quien sería nuevo entrenador Dorado se abrió reconociendo sus problemas y como luchaba por superarlos,compartió y reconoció en sus hijos y el futbol las motivaciones de vida para continuar, además de agradecer genuinamente la oportunidad del nuevo reto que asumía con alegría. Diego sorprendió al mundo y desarmó las primeras críticas desdeel discurso.Hubo quienes no fueron capaces de apreciar el mensaje, pero, ¿Cuántos de quienes criticaban el hablar pausado de Maradona y sus formas de expresarse tendrían las agallas para hablar y reconocer sus errores de vida como lo hizo él ante cientos de periodistas?, en ese mismo instante a pesar de muchos comentarios incluso de colegas, amigos o familiares, estaba decidido: con Diego nos íbamos a la guerra si era necesario, pero juntos y a ganar.

Desde el inicio, vimos en Diego Armando Maradona una autocrítica profunda y gran reciprocidad al cariño recibido de la gente. Su deseo de volver a la cancha era directamente proporcional a la alegría que proyectaba en la misma durante los entrenamientos en la pecera. El jefe Dorado sacudió a un plantel que dimensionó la tremenda oportunidad que tenían ante sus carreras y le devolvió el cariño con dos finales en nueve meses.

Están quienes lo entienden y les agrada, quienes lo entienden y no les agrada y quienes no lo quieren entender, pero la historia de Diego en Sinaloa fue un éxito en todas las áreas posibles. Deportivamente hablando el gran pez gustaba, tenía alma y desde su llegada “no hubo juego normal”, siempre que prendías la tele o ibas al estadio sin lugar a dudas te emocionaba.

En el aspecto social Maradona,contagió con su felicidad a todos, incluyendo los sectores más necesitados y vulnerables de la sociedad de Culiacán que recibieron el apoyo, alegría y empatía de su lado más humano.En el aspecto mediático y de mercadotecnia fue un fenómeno que ayudó a todos los clubes que visitaba Dorados y fue un paliativo para la crisis de entradas que se vivía en todas las plazas de la división de ascenso.

Para el estado y ciudad que lo abrazó hizo algo que ningún político o figura publica había podido realizar: Si googleabas “Culiacán”, nuestra querida ciudad era “La casa feliz de Diego, los Dorados de Maradona”.Sin quererlo y tal vez sin dimensionarlo en su momento, Maradona le hizo un caño a la droga, al chapo y a la delicuencia desbancándolas del primer sitio y le diósu justo lugar a una ciudad que, justo como a él le sucedió en vida, la juzgan todos los día sin siquiera conocerla.

Hay muchas explicaciones técnicas, pero cuando me preguntan cómo fue que Diego llegó a Culiacán, por qué aquí, me gusta concluir románticamenteque, ante la cruda realidad de una liga complicada, con un sistema injusto hasta cierto punto y varios golpes precediéndolo, Dorados recurrió a la magia, a la alegría del día a día, a contar con una anécdota y momento divertido en cada partido, en cada entrenamiento o en cada viaje. Nos dimos todo mutuamente y ahora Dorados, Sinaloa y Maradona estamos unidos para la eternidad.

Muchas gracias profesor, te amaremos siempre.