La familia de San Lorenzo de Almagro está feliz y entusiasmada. Lo que parecía un sueño se terminó haciendo realidad. Después de 42 años, el club azulgrana tiene todo encaminado para regresar a Boedo, barrio donde nació y en el que se siente identificado.
La dirigencia, con Marcelo Tinelli a la cabeza, inauguró el showroom del nuevo estadio, que estará ubicado en el predio recuperado de Avenida La Plata. Durante el evento mostraron la maqueta del Proyecto Urbano Integral elaborado por la empresa IDOM. La misma es una proyección de lo que será el innovador estadio, el cual tendrá multifunciones. La idea es aprovecharlo al máximo y no sólo usarlo para el fútbol. La estructura permitirá su uso para diferentes actividades.
“Nosotros creemos que entre abril y mayo la ley debería estar votada. Después de eso tenemos que esperar a que nos den los permisos de obra. No sólo vamos a construir un estadio de fútbol, sino un proyecto integral que va a ser emblemático para la Ciudad de Buenos Aires. Escuchamos los pedidos de más de 10 mil vecinos de la zona para modernizar el barrio”, apuntó Miguel Mastrosimone, Secretario General del club.
Contará con espacios verdes, gimnasio, centros gastronómicos, museo, establecimientos educativos, dependencia policial, bomberos, creación de más comercios, un hotel y hasta un cine. Todo ello se tomó a través de encuestas a los socios y vecinos que la institución llevó a cabo con un canal de comunicación virtual llamado “San Lorenzo te escucha”. Además, contrató a la firma internacional GEHL para coordinar encuestas, reuniones vía Zoom con la participación de 1.000 personas, encuentros con representantes del sector inmobiliario y comercial, y el contacto con los vecinos a través de las redes sociales y llamados telefónicos.
Las obras, que demorarían unos 3 años con una inversión estimada de 70 a 100 millones de dólares, garantizan que el estadio tenga capacidad para entre 45 mil y 50 mil espectadores. El mismo cumplirá con la capacidad y las exigencias de CONMEBOL y FIFA para poder aspirar a ser sede de encuentros decisivos de Libertadores o Sudamericana y de la Selección Argentina.
El proyecto se hizo bajo el modelo de estadios de primer nivel mundial, como el Azteca de México, el Wanda Metropolitano del Atlético de Madrid o el San Mamés. Así como sucede en otros continentes, la intensión es que lleve el nombre de una compañía internacional por un periodo determinado. De esta manera se ahorrarían gastos, al igual que pidiendo créditos y consultas técnicas en bancos y entidades internacionales. A su vez, piensan en la venta anticipada de sponsors, abonos, estacionamientos, concesión y alquiler de las oficinas multiusos que habrá dentro del escenario.
“Se lo compara con los estadios europeos porque va a ser utilizado los 365 días del año con un complejo de oficinas. El proyecto es muy similar al del estadio de Athletic de Bilbao, la catedral del fútbol. No va haber otro en Sudamérica tan moderno como este. Queremos que sea la casa de la Selección y el más moderno de Argentina. Esperamos que esté terminado en 2 o 3 años, pero dependemos de la pandemia. Con respecto al nombre, estamos escuchando ofertas de empresas muy importantes”, detalló.
El camino fue y es largo, pero todo parece estar encaminado. Ahora es el turno de una audiencia pública y más adelante (13 o 14 de marzo) habrá más instancias de participación hasta la segunda lectura. De apoco, los socios, vecinos, hinchas y dirigentes podrán apreciar el regreso tan esperado.
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