Hace algunos días comenzó a librarse un nuevo capítulo de una historia que no es nueva, pero no por eso deja de ser apasionante: La FIFA explicó, a partir de una reunión entre ex jugador y ex entrenadores donde se destaca Arsene Wenger, ex director técnico del Arsenal inglés, que su intención sería organizar la Copa del Mundo cada dos años. Pero, lejos de quedarse sólo con ello, otra idea pasa también por reducir y agrupar en un único mes todos los partidos clasificatorios de selecciones.

De este modo, la estrategia de la FIFA es jugar la Copa del Mundo en 2026, agrupar en 2027 todos los torneos de confederaciones, y volver a disputar el Mundial de 2028.


¿Dónde se dio esta reunión? En Doha, Qatar. No hay que ser muy intrépido para darse cuenta que el país árabe tiene un lugar de privilegio en el escenario actual del fútbol mundial siendo sede del próximo Mundial (que incluso cambió su histórica fecha realización entre junio y julio, para pasar a noviembre/diciembre por las altas temperaturas del desierto).

Además, Qatar dice presente de una manera muy fuerte en el fútbol en realidades como la que ya repasamos en el capítulo dedicado al Paris Saint Germain.

La FIFA tiene como una de sus cartas de presentación un supuesto beneficio a los equipos, evitando que tengan que liberar con más frecuencia a los jugadores, y a las federaciones, dándoles más oportunidades para hospedar el Mundial.

Según el propio Arsene Wenger, uno de los voceros de la controvertida propuesta, tienen el apoyo de 146 federaciones de las cuales no trascendió identidad pero se estima que serían las de menor jerarquía, que ven en este proyecto dinero fresco y más chances de acceder a un torneo como la Copa del Mundo.



El fenómeno Ronaldo, de gran relación con Gianni Infantino y esta conducción de la FIFA, fue otro de los que se expresó a favor en apariciones mediáticas del último.

Repasamos algunos puntos de este proyecto que tendrá luz roja o luz verde el próximo 19 de diciembre en el Congreso de la FIFA.

Se está sondeando la posibilidad de concentrar los partidos de clasificación para la cita mundialista en octubre en lugar del actual formato, que reparte los encuentros entre los meses de septiembre, octubre, noviembre y marzo. En cualquier caso, la reforma del calendario no se produciría hasta el 2024 y la celebración bianual del Mundial sería a partir del 2028, una vez que pase la ya otorgada sede triple a Estados Unidos, México y Canadá en 2026.



Como en toda historia de héroes y villanos, las Ligas Europeas aparecen como férreas opositoras al plan de Infantino y Wenger.

Tras la reunión del Congreso de Directores, trece ligas entre las que figuran la la española, la inglesa, la alemana, la italiana, la portuguesa y la francesa descartaron que la opción del Mundial cada dos años planteada por la FIFA permita solucionar los problemas actuales.

Para las ligas, el calendario requiere definitivamente el acuerdo de todas las partes interesadas y sostuvieron que sólo puede nacer del equilibrio entre el fútbol de clubes y el de selecciones.