La Premier League de Rusia volvió a la competencia, luego del parate por la pandemia, y ya en la primera fecha hubo un partido que se llevó todas las miradas por las polémicas y sus consecuencias.

En el empate 2 a 2 entre Spartak de Moscú y Sochi el gran protagonista fue el árbitro Vasily Kazartsev. Para los locales su incidencia en el resultado final fue tal que el propio dueño de Spartak, Leonid Fedun, lo acusó de no ser parcial. Lo que ocurrió es que Sochi llegó al empate con 2 penales polémicos, uno de ellos en el minuto 87 de juego. Además, el enojo llevó a Fedun plantear la posibilidad de bajar a su equipo de la competencia.

Ante tanto revuelo, sumado a las quejas de los hinchas en las redes sociales, el presidente de la Unión de Fútbol de Rusia, Alexander Dyukov, suspendió provisoriamente a Kazartsev y según medios locales, lo someterán junto a los integrantes del VAR a pasar por un detector de mentiras para probar su honestidad. A su vez, Dyukov dialogó con el titular del Spartak y lo hizo cambiar su postura de renunciar al campeonato.

En Rusia ya es costumbre el uso de los polígrafos para sacar todo tipo de dudas. Por lo general son usados para interrogar a los oficiales de partidos y a los empleados de la Federación cuando existe la sospecha de posibles irregularidades en las apuestas deportivas.

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