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Con algunas cancelaciones, así se va acomodando el circuito de tenis para 2021

Los torneos de Auckland no se jugarán por la pandemia.
Con algunas cancelaciones, así se va acomodando el circuito de tenis para 2021
Miércoles 7 de Octubre de 2020

La agenda del tenis de este año fue altamente alterada por la pandemia del coronavirus, con varios torneos cancelados o aplazados. El más resonante fue la histórica cancelación de Wimbledon, el torneo más tradicional del circuito, pero también hubo cambios de fechas de los otros Grand Slams.

De miras al 2021, ya se conocieron algunas medidas que se tomaran para ciertos torneos. Incluso, las autoridades de los campeonatos de Auckland anunciaron la cancelación del mismo por la crisis sanitaria: “Estamos muy tristes por tener que anunciar la cancelación del torneo, pero la seguridad es nuestra prioridad. Esperamos que el tenis regrese a Auckland en 2022. Nueva Zelanda ha mantenido estrictos controles fronterizos y restricciones de viaje para minimizar los riesgos de un resurgimiento de la pandemia”.

En cuanto al Australian Open, el primer gran evento de cada edición, las ya están trabajando y analizando las diferentes alternativas para llevar adelante el certamen, siempre sabiendo que su desarrollo va a depender de cómo evolucione la pandemia del coronavirus.

Craig Tiley, director del torneo, aseguró que la idea es que el Grand Slam se juegue. Para ello, explicó que se está evaluando instalar desde diciembre de este año, 5 burbujas sanitarias para que los tenistas puedan ir viajando con anticipación y no tengan que hacer la cuarentena días antes de la competencia. Las burbujas de bioseguridad serán instaladas en forma de prueba en las ciudades de Perth, Brisbane, Sydney, Adelaida y Melbourne. De esta manera, los jugadores se irían aclimatando y entrenando para el Grand Slam.

Al igual que en todos los eventos deportivos que se están desarrollando, los tapabocas serán obligatorios tanto para los tenistas, sus ayudantes y el público. Claro, la intensión es que el campeonato se pueda jugar a puertas abiertas, con la probabilidad de que las tribunas estén cubiertas con la mitad de espectadores (400 mil).

Sin embargo, también trabajan con otras opciones si la crisis sanitaria no les permite llevar adelante este plan: jugarlo a puertas cerradas, trasladarlo a otra fecha o directamente cancelarlo. La última alternativa es la que quieren evitar, porque si no se disputa el torneo, el impacto económico será muy fuerte tanto para la organización como para el país. Ya en la última edición se vieron afectados por los incendios en la ciudad. Tiley sabe que la facturación y los ingresos de la próxima temporada disminuirían cerca de un 2%, pero igualmente no reducirían la bolsa de premios de 51 millones de dólares.