Con 400 mil asistentes durante todo el fin de semana, y alrededor de 140.000 en el día de la carrera, la edición del Gran Premio de Fórmula 1 de Estados Unidos, celebrado en el Circuito de las Américas, en Austin, Texas fue un verdadero furor.

Esta edición superó ampliamente a los 351.000 espectadores en 2019 y demostró que el público estadounidense está cada vez más conectado con la principal categoría del automovilismo mundial. Además, la cercanía con México, y la presencia del piloto Sergio “Checo” Pérez, le sumaron una atención extra para los fanáticos.

Sin dudas, el gran impulso que dio la serie “Drive to Survive” a la máxima categoría del automovilismo en Estados Unidos, empezó a dar efecto este fin de semana, y se espera todavía mucho más.
Este año ya se confirmó una segunda carrera en el país para 2022, que tendrá lugar en Miami, alrededor del Hard Rock Stadium. Tras este furor generalizado por la F1, se puede sumar una tercera carrera para 2023, que sería en Las Vegas.

Steve Sisolak, gobernador del estado de Nevada, aseguró: “Tuve la oportunidad de conocer a los líderes de la Fórmula 1 recientemente y disfruté de nuestra conversación sobre este tema” en relación a la posibilidad de tener una carrera en Las Vegas.

Un verdadero show con estilo americano se armó este fin de semana en el Gran Premio de Austin, que contó con diversas figuras, como jugadores de la NBA, actores e influencers entre otros.
La ex estrella de la NBA, Shaquille O'Neal, montado en el coche de los Picapiedra, fue el encargado de entregar el trofeo de ganador a Max Verstappen.