Robert Saver, propietario de los Phoenix Suns y de las Phoenix Mercury de la WNBA, fue suspendido por un año y multado con 10 millones de dólares (lo máximo permitido para este tipo de sanciones) por la NBA, por comportamiento abusivo en el entorno laboral y maltrato a sus empleados.
Según la liga "participó en una conducta que claramente violó los estándares comunes del lugar de trabajo, como se refleja en las reglas y políticas del equipo y de la liga", y agregó que “esta conducta incluyó el uso de lenguaje racialmente insensible; trato desigual de las empleadas; declaraciones y conductas relacionadas con el sexo; y trato severo de las empleadas que en ocasiones constituía intimidación".
Una investigación que surgió tras que ESPN, a finales del 2021, publicara un artículo citando a más de 70 empleados de los Suns que alegaron que el empresario usó repetidamente este lenguaje racialmente violento y tuvo comportamientos misóginos e inapropiados.
Sin embargo, el destino pudo ser peor para el dueño de los Phoenix Suns, ¿por qué? El antecedente lo marca el expropietario de Los Angeles Clippers, Donald Sterling, quien en 2014 fue expulsado de por vida de la NBA después de que lo grabaran usando lenguaje racista en una conversación privada, y la liga obligó a vender el equipo a nuevos propietarios.