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El exjugador de Racing y Lanús que hoy atiende una juguetería

Tras sufrir dos pérdidas importantes en su familia ingresó en una depresión que hizo que su carrera profesional diera un vuelco.
El exjugador de Racing y Lanús que hoy atiende una juguetería
Jueves 13 de Febrero de 2020

Las vueltas de la vida pueden hacer que un futbolista pase de estar en la cúspide de su carrera al retiro de las canchas. Esto ocurrió con Mario Regueiro, jugador uruguayo que tuvo un paso por Lanús y Racing y que en 2013 desapareció de las canchas.

Su fichaje en la “Academia” había sido considerado como uno de los refuerzos top del mercado. A fuerza de goles había comenzado a escribir su historia en el fútbol argentino, pero de repente dos pérdidas familiares cambiaron para siempre su vida.

La muerte primero de su sobrina y luego de su hermana hicieron que Regueiro ingresara en un pozo depresivo que lo obligó a irse de Argentina. Pasados cuatro años vive en Montevideo y con 41 años está a cargo de una juguetería que puso su esposa.

“Fue la mejor decisión que pude tomar. Me ayudó a salir adelante. A mantener la cabeza ocupada. Necesitaba matar el tiempo y no quedarme en casa. Hace cuatro años que estamos con el negocio y nos está yendo bien”, le dijo Regueiro al diario Olé.

Sin lugar a duda, que sea una juguetería vuelve más curiosa la historia del delantero oriental. “Era un proyecto que siempre tuvo mi esposa y que por cuestiones de mi carrera, los tiempos y demás, nunca lo había podido concretar. Cuando me retiré y me recuperé de mi enfermedad, nos pusimos a estudiar la zona y vimos que faltaba un lugar así. Así que aprovechamos y abrimos frente a una escuela”, agrega el exdelantero que pasó por el fútbol de España y Grecia, además del argentino y uruguayo.

“Yo llevé toda una vida dedicada al fútbol, por eso al principio no me gustaba mucho la idea de atender una juguetería. Con el tiempo le fui tomando el gusto y ahora estoy muy entusiasmado. Cuando tomé la decisión de retirarme, no me convencía seguir ligado al deporte, quería meterle pilas a este proyecto. Pasé de patear a envolver pelotas. Hoy por hoy no extraño el fútbol. Fueron seis, siete meses en los que estuve preparando mi retiro y era muy consciente de cuándo iba a jugar el último partido. En ese momento me ayudó mucho la psicología, hacer terapia. Hoy puedo decir que me estoy divirtiendo con la vida que tengo. Soy muy feliz y hacía mucho tiempo que no me divertía así en la vida. Estoy en un gran momento”, dice Regueiro.

Como jugador tuvo su debut en el fútbol profesional en el Cerro de Uruguay y de allí pasó a vestir la camiseta de Nacional, equipo al cual volvió en 2009. Debido a sus buenas actuaciones fue convocado para disputar la copa Mundial juvenil en 1997 y la Copa del Mundo 2002 con la Selección uruguaya.

Destaca a la psicología como uno de los puntos más importantes para haber podido atravesar los duros momentos que le tocaron. “Estuve dos años y medio con la depresión y fue muy profunda. Gracias a los psicólogos y los psiquiatras que tuve, pude salir de la situación. Arranqué el tratamiento en Argentina, estando en Racing y me hicieron muy bien”, dijo.

En cuanto a esto explica: “No tenía ganas de salir a la calle, me quería encerrar, tirarme a la cama y ni ver a mi mujer ni a mis hijos. Para mí no fue tan duro, porque, claro, estaba enfermo y no me daba cuenta, pero los que estaban a mi alrededor la padecieron. En Racing supieron tratarme muy bien. Víctor Blanco, mis compañeros de equipo y los hinchas entendieron por lo que estaba pasando y nunca me reclamaron nada”.

Tras recibir el alta del tratamiento, Regueiro pudo volver a jugar, primero en Defensor Sporting y luego en Cerro. Justamente en su primer equipo es que pudo ponerle punto final a su carrera como profesional.

“Yo quería que mis hijos me vieran cerrar mi etapa en el fútbol dentro de una cancha y no en una clínica. Soy un agradecido de haber tenido a la gente que tuve al lado, me ayudaron mucho a volver a tener ganas de vivir y de sonreír”, sentencia Regueiro. Un goleador tanto dentro como fuera de la cancha.