Como todos los años, se acerca una nueva final del rugby de Buenos Aires. En esta oportunidad, y al igual que en la ultima temporada, CUBA - último campeón - e Hindú lucharán para quedarse con la corona del torneo de clubes más importante del país.

Luego de dos instancias previas -cuartos y semis- en las que no pudimos observar el estadio completamente lleno, pero sí, partidos muy interesantes, los de Villa de Mayo y los de Torcuato se enfrentarán una vez más.

En primera instancia, CUBA buscará lograr algo que jamás sucedió en el URBA Top 14, que es llegar desde los cuartos de final, a coronarse campeón. El desgaste fisico y mental, parece que siempre tiene su influencia a la hora de las definiciones, pero estos chicos de CUBA ya le ganaron a más de 40 años de sequía, y parecen no tenerlo miedo a romper una nueva estadística. Últimos campeones de la URBA, recientes campeones del Nacional de Clubes, quieren coronar este 2014 de la mejor manera posible.

Enfrente estará Hindú, club que hace un par de décadas viene trabajando de la misma manera, y mostrando de manera excepecional, como se debe manejar el recambio de jugadores, sin tener que modificar la esencia y estilo de juego. Los Fernández Miranda, el Ruso Ostiglia, el Gallego Lorenzetti, y varios más fueron pasando, y dejando su lugar a los Tito Díaz Bonilla, Felipe Ezcurra, Delguy. Los más grandes se fueron al costado de la línea de cal, y los más chicos tomaron su lugar dentro del campo. Conclusión: la idea se mantiene, la filosofia no cambia, pero la sangre se renueva.

Con estos argumentos, y una estadística abrumadora, Hindú buscará sacarse la espina de la derrota de la última temporada.

Por último, y como cada vez que llega esta instancia, me permito destacar el espectáculo en sí. Más de 10 mil personas, un estadio, dos hinchadas, todos detrás de un sueño, y ningún policia. Solamente agentes de tránsito ordenando el centro de San Isidro, pero nada de incidentes, nada de problemas. Negocio redondo para todos. Deporte, gente, patrocinadores, y TV.

Si queremos se puede, ojalá el fútbol alguna vez se contagie...