La novena edición del Mundial femenino de fútbol, que se está celebrando en Australia y Nueva Zelanda, está batiendo récords de asistencia, con un millón y medio de entradas vendidas, tal y como ha revelado la FIFA en un comunicado.
Hasta ahora, tan sólo se han celebrado seis jornadas del torneo y los estadios que están albergando la competición han registrado unos datos sin precedentes. Los 42.137 aficionados que asistieron a la derrota de Nueva Zelanda ante Noruega en la noche inaugural en Auckland supusieron un récord histórico para un partido de fútbol femenino y masculino en el país, mientras que los 75.784 espectadores en Sídney para el partido de Australia contra la República de Irlanda fue la mayor asistencia a un partido del Mundial femenino de fútbol en 24 años de historia.
Después de que el partido entre la República de Corea y Colombia completará la primera ronda de encuentros, la asistencia total en los primeros dieciséis partidos fue de 459.547 espectadores, con una media de 28.721 aficionados por encuentro, un 54% más que en los primeros dieciséis partidos de la anterior edición del torneo, celebrada en Francia en 2019.
El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, ha querido enfatizar en la audiencia televisiva mundial, recordando que el torneo se está siguiendo en 200 países a través de 130 emisoras. “Tenemos unas cifras de audiencia increíbles en todo el mundo, que sin duda alcanzarán los dos mil millones de telespectadores”, ha apuntado.
Aunque Infantino destacó el éxito audiovisual del Mundial, en mayo, la FIFA amenazó con no retransmitir el Mundial Femenino de 2023 en Europa si las ofertas por los derechos de retransmisión del Mundial Femenino seguían sin ser justas.
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