Históricamente el fútbol italiano fue sinónimo de excelencia y caracterizado por un marketing ganador, pero en los últimos tiempos, poco a poco su peso internacional se ha diluido. Así lo apunta el analista Rodrigo Bueno, la hegemonía que surgió en los 80/90 abrió la puerta al crecimiento de la Premier League, mientras que el Calcio no logró redefinirse con la misma velocidad, actualmente el prestigio deportivo y la proyección comercial no van de la mano.

Los números confirman este análisis, en 2023 la Serie A facturo al rededor de €4.250 millones, que a simple vista parece un buen número, pero a su vez, registro pérdidas de €864 millones, estos números están muy lejos del resultado positivo de la Premier League (€7 millones ). Con menos capacidad de inversión, los equipos italianos están perdiendo poder en el mercado, retener figuras es difícil y se convierten en un trampolín para los jovenes que luego buscan emigrar a destinos mas rentables.

El síntoma deportivo acompaña: Italia no levanta la Champions desde 2010 y su presencia en vitrinas globales es irregular, mientras emergen ligas con músculo financiero como la de Arabia Saudita o proyectos consolidados en Sudamérica,“El calcio fue superado por nuevos mercados”, resume Bueno, enlazando resultados, audiencia y negocio.

Existe una reacción pero lenta. La Serie A empuja contenido para el exterior y algunos clubes como la Roma y el Milan profesionalizan su gestión con capital extranjero. Sin embargo, el retorno a la primera linea es difícil, exige mucho mas que nostalgia, exige una reforma del modelo de negocio, modernización de infraestructuras, estrategia global de la marca y monetización digital. Sin este gran salto, Italia seguirá mirando al resto desde la segunda fila.