La Premier League se prepara para una nueva era sin patrocinadores de apuestas en el frente de las camisetas, pero la relación entre el fútbol inglés y las casas de juego dista mucho de romperse. A partir de la próxima temporada, los clubes deberán sustituir a sus sponsors principales debido a la prohibición impuesta por la liga. Sin embargo, varias entidades ya encontraron caminos alternativos para mantener estos vínculos, recurriendo a patrocinios indirectos o acuerdos con empresas extranjeras.
El desafío financiero es enorme: las empresas del sector pagan hasta un 40% más que las marcas de otros rubros, según Karren Brady, directora del West Ham. Por eso, algunos equipos han optado por reconfigurar sus contratos a través de compañías con sede fuera del Reino Unido, muchas orientadas al mercado asiático. Sunderland, Aston Villa, Leeds, Nottingham Forest y Chelsea figuran entre los clubes que adoptaron esta modalidad, permitiendo que las marcas sigan apareciendo en mangas de camisetas y paneles LED dentro de los estadios.

La normativa permite que los clubes mantengan relaciones comerciales con operadores extranjeros, siempre que estos no acepten apuestas en libras ni de usuarios británicos, y que sus sitios estén geobloqueados. Esta laguna legal reabrió el camino a contratos con empresas asiáticas, pese a que varias de ellas no cuentan con licencia local y operan en mercados donde el juego es ilegal, como China o Malasia.
Burnley, Wolves, Fulham o Crystal Palace mantuvieron acuerdos con casas como 96.com, DeBet o SBOTOP, mientras que otros clubes, como Chelsea o Aston Villa, establecieron colaboraciones más discretas con marcas que solo son visibles desde ciertos países. La falta de transparencia preocupa a los organismos reguladores, que advierten sobre posibles riesgos financieros y vínculos con redes ilegales.

Aun así, el vínculo entre el fútbol y las apuestas parece difícil de romper. En España, donde la publicidad de apuestas está completamente prohibida desde 2021, Real Madrid y Atlético de Madrid también mantienen acuerdos con operadores asiáticos no divulgados públicamente. Una muestra de que el negocio puede adaptarse a las normas, pero nunca desaparecer del todo.

