Ousmane Dembélé está viviendo el momento más brillante de su carrera profesional. Tras conquistar el Balón de Oro 2025, el extremo francés viene de una temporada excepcional con el PSG en la que aportó 35 goles y 16 asistencias, siendo una pieza fundamental en la obtención de la primera Champions League del club parisino. Con este rendimiento sobresaliente, Dembélé considera que su salario actual, de alrededor de 18 millones de euros brutos anuales, ya no refleja su estatus de estrella mundial. El jugador solicitó formalmente al club una revisión de su contrato firmado en 2023, aunque existe controversia sobre si este incluye una cláusula de aumento automático por ganar el Balón de Oro, algo que el PSG niega.

El director deportivo Luis Campos ya mantuvo reuniones con Moussa Sissoko, representante de Dembélé, para evaluar una mejora salarial. Desde el club reconocen abiertamente el peso del francés en el proyecto y admiten que sin su contribución la temporada no hubiera sido igual de exitosa. Sin embargo, la directiva parisina enfrenta un dilema delicado: no quieren romper el equilibrio interno del plantel. El PSG teme que acceder a las demandas de Dembélé genere un efecto dominó, llevando a otras figuras como Vitinha, Hakimi, Doué o Fabián Ruiz a reclamar también mejoras contractuales.


La situación del francés inevitablemente recuerda al caso de Gianluigi Donnarumma, quien pasó de ser figura clave en la histórica Champions a quedar marginado del equipo. El arquero italiano decidió no renovar su contrato que vencía en 2026 y terminó siendo transferido al Manchester City en malos términos. Luis Campos explicó en RMC Sport que la salida de Donnarumma se debió a que "pidió un salario al nivel del PSG de antes, no al PSG actual", dejando en claro que el club ha cambiado su política salarial y que ningún jugador está por encima de la institución.

La cotización de Dembélé en el mercado refleja su extraordinaria evolución. En 2017, el Barcelona pagó 148 millones de euros al Borussia Dortmund por él, pero su irregular paso por el Camp Nou, marcado por lesiones y bajo rendimiento, hizo que el PSG lo fichara en 2023 por apenas 50 millones de euros, una operación que hoy luce como un negocio perfecto. Tras la salida de Mbappé y su consolidación como líder del equipo, su valor se ha disparado: según Transfermarkt, Dembélé está tasado actualmente en 100 millones de euros, posicionándose entre los 20 jugadores más caros del mundo y como el más valioso de toda la Ligue 1.