Viernes 5 de Diciembre de 2025
La Selección Argentina participará como cabeza de serie en el sorteo del Mundial de Norteamérica 2026, que tendrá lugar este viernes en Washington. En la ceremonia, el equipo dirigido por Lionel Scaloni deberá entregar simbólicamente la Copa del Mundo conquistada tras vencer a Francia en la final de Qatar 2022. El entrenador argentino tendrá el honor de ingresar al evento portando el trofeo, un privilegio que la FIFA reserva para el técnico campeón vigente y que en la edición anterior correspondió a Didier Deschamps.
Tras el histórico triunfo en Medio Oriente, la Albiceleste regresó a Argentina con una réplica del trofeo oficial. Esta versión está bañada en oro y reproduce fielmente los detalles de la original, aunque presenta una diferencia clave: en su base únicamente aparece grabado el nombre del país ganador de esa edición. Esta distinción permite diferenciarla de la auténtica copa del mundo.

El trofeo original fue diseñado por el italiano Silvio Gazzaniga para el Mundial de Alemania 1974 y está confeccionado en oro macizo, con un valor estimado cercano a los 20 millones de dólares. Debido a su enorme valor, esta versión permanece custodiada en la sede de la FIFA en Zúrich, Suiza. La copa auténtica solo realiza tres tipos de giras: visita a los países participantes de cada Mundial, se presenta en el país anfitrión durante la competencia y se exhibe en el congreso anual de la Federación Internacional de Fútbol Asociado.
La coexistencia de ambas copas permitió una imagen memorable en el Estadio Lusail, donde los jugadores argentinos celebraron con los dos trofeos. No obstante, la versión original únicamente llegó hasta el vestuario antes de retornar al resguardo de la FIFA. La empresa italiana Bertoni GDE se encarga de fabricar las réplicas que se entregan a los campeones mundiales cada cuatro años: estas miden 38 centímetros de alto, pesan 6,2 kilos y poseen una base de 13 centímetros de diámetro decorada con dos bandas de malaquita verde.
Tras el histórico triunfo en Medio Oriente, la Albiceleste regresó a Argentina con una réplica del trofeo oficial. Esta versión está bañada en oro y reproduce fielmente los detalles de la original, aunque presenta una diferencia clave: en su base únicamente aparece grabado el nombre del país ganador de esa edición. Esta distinción permite diferenciarla de la auténtica copa del mundo.
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El trofeo original fue diseñado por el italiano Silvio Gazzaniga para el Mundial de Alemania 1974 y está confeccionado en oro macizo, con un valor estimado cercano a los 20 millones de dólares. Debido a su enorme valor, esta versión permanece custodiada en la sede de la FIFA en Zúrich, Suiza. La copa auténtica solo realiza tres tipos de giras: visita a los países participantes de cada Mundial, se presenta en el país anfitrión durante la competencia y se exhibe en el congreso anual de la Federación Internacional de Fútbol Asociado.
La coexistencia de ambas copas permitió una imagen memorable en el Estadio Lusail, donde los jugadores argentinos celebraron con los dos trofeos. No obstante, la versión original únicamente llegó hasta el vestuario antes de retornar al resguardo de la FIFA. La empresa italiana Bertoni GDE se encarga de fabricar las réplicas que se entregan a los campeones mundiales cada cuatro años: estas miden 38 centímetros de alto, pesan 6,2 kilos y poseen una base de 13 centímetros de diámetro decorada con dos bandas de malaquita verde.
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