El mítico estadio mexicano, volverá a ser escenario de un partido de fútbol americano tras once años de ausencia. El Coloso de Santa Úrsula, tuvo que ser previamente acondicionado y será sede del encuentro entre los Houston Texans y los Oakland Raiders.

La implementación de canchas sintéticas laterales, además de la remodelación del restaurante interno y el incremento de butacas en el sector especial de palcos, fueron solo algunas de las remodelaciones que se tuvieron que hacer en el escenario deportivo para poder acoger dicho evento.

Además, con motivo de las estrictas exigencias de la franquicia estadounidense, se construyeron dos rampas que conectarán la cancha directamente con los nuevos vestidores, que se construyeron al lado del Coloso, y cuentan con una capacidad de 70 personas cada uno.