El AC Milán atraviesa uno de los momentos más sólidos de su historia reciente. El club rossonero cerró la temporada 2024-2025 con un beneficio neto de 3 millones de euros, alcanzando su tercer ejercicio consecutivo con rentabilidad y batiendo un nuevo récord de ingresos, que se elevaron hasta 495 millones, un 10 % más que el año anterior, según Calcio e Finanza.
El crecimiento estuvo impulsado por su participación en la Champions League, las plusvalías obtenidas por los traspasos de Tijjani Reijnders y Pierre Kalulu, y los ingresos extraordinarios por su título en la Supercopa de Italia, celebrada en Arabia Saudí, donde el club se embolsó 9,5 millones de euros más un posible bono de 1,5 millones por un partido amistoso adicional.
La gestión financiera del Milán destaca en el actual contexto europeo: el club cuenta con un patrimonio neto positivo de casi 200 millones de euros, una cifra poco común en la élite, que le otorga margen para afrontar temporadas sin Champions sin comprometer su equilibrio económico. La directiva mantiene una política de inversión sostenida en talento joven: en los dos últimos años destinó 250 millones brutos a fichajes para el primer equipo.
En el plano estructural, el proyecto más ambicioso del club es la construcción de un nuevo San Siro, junto al Inter de Milán. Ambos equipos adquirieron oficialmente el estadio Giuseppe Meazza y sus alrededores por 197 millones de euros, con una inversión total prevista de 1.200 millones para levantar un recinto moderno y multifuncional. Según estimaciones municipales, la nueva infraestructura podría generar hasta 3.000 millones anuales para la ciudad.
