Como parte de un extenso plan de seguridad impuesto por el Gobierno ruso de cara a la próxima Copa del Mundo, el presidente Vladimir Putin firmó un decreto que restringe el derecho a manifestarse durante la celebración del torneo.

Según afirmó, las manifestaciones se llevarán a cabo en los lugares y en los momentos que sean indicados por las autoridades rusas, al igual que el control del tráfico aéreo y marítimo del país mientras dure el evento.

Y es que, a pesar de recibir innumerables críticas al respecto, Putin cree firmemente en combatir el terrorismo durante acontecimientos de esta clase mediante medidas estrictas que prevengan cualquier atentado por lo cual también se restringirá la entrada de inmigrantes, la venta de alcohol y la celebración de actos públicos.