El Abierto de Australia contará, nuevamente, con una política de "calor extremo" durante su realización. Es que, durante el desarrollo del evento (mediados a fines de enero), el país oceánico suele tener temperaturas muy altas, llegando a los 40°C.
De esta manera, el primer torneo de Grand Slam de la temporada tendrá un reglamento especial para este tipo de situaciones. El mismo cuenta con cuatro parámetros ambientales que contribuyen al estrés térmico (temperatura del aire, calor radiante, humedad y velocidad del viento). También tiene en cuenta hasta qué punto una persona puede controlar el aumento en su temperatura corporal y el costo fisiológico de hacerlo.
En caso de calor extremo, el árbitro tiene derecho a suspender el juego u ordenar una pausa para refrescarse de acuerdo con este protocolo. A su vez, el protocolo se divide en dos ya que desdobla a los partidos que se disputen en canchas al aire libre y las que son con techo (Rod Laver Arena, John Caine Arena y Margaret Court Arena).
También se aclara que el juez de silla puede suspender los próximos partidos que ocurran al aire libre además de tomar la decisión de cerrar el techo o mantenerlo cerrado (según corresponda) para cualquier evento en la Rod Laver Arena, John Caine Arena y Margaret Court Arena. En cuanto a las reanudaciones de juego, el árbitro revisará continuamente las condiciones para determinar cuándo se puede reanudar el juego. Cuando esto ocurra, se avisará a cada jugador con al menos 30 minutos de anticipación.
Por último estarán las pausas para enfriamientos. En singles femenino y singles juniors, se permitirá un descanso de 10 minutos entre el segundo y tercer set cuando el juez registre que la temperatura lo amerita. En cuanto al singles masculino, la pausa será de 10 minutos entre el tercer y cuarto set. Y en singles de tenis adaptado será de 15 minutos entre el segundo y el tercer set. En dobles no se permitirán interrupciones de juego.