Jueves 24 de Octubre de 2013
¿En qué aspectos influirá Brasil 2014 en las personas que se acerquen a disfrutarlo?
Yo creo que va a cambiar totalmente la educación así como la exigencia. Los que vayan a Brasil, cuando vuelvan a sus territorios nacionales no van a exigir lo mismo. Ese es el desafío para estar preparados. Esto va desde la puntualidad con la que comienzan los partidos, la calendarización, la infraestructura deportiva. Hay muchos temas en los que el fútbol sudamericano no ha ido a la par con el desarrollo de las sociedades y los países. Brasil va a activar una tendencia que no se va a poder revertir.
¿Los países van a estar listos para recibir a ese caudal de gente con nuevas expectativas?
Es un proceso. Pero a la larga termina siendo un efecto dominó. En Chile para el Mundial Sub20 femenino se renovaron cuatro estadios. Lo que sucedió con eso es que como cuatro comunas recibieron estadios nuevos, el resto de las comunas empezaron a exigir lo mismo. A la larga el consumidor de fútbol en general se va empoderando y empieza a hacer valer sus derechos.
¿Cuáles son los principales temas a corregir en los espectáculos deportivos?
Hay varios temas críticos. Entre los más relevantes está sin dudas la violencia, que es un tema que atraviesa al fútbol por su índole social. Después aparece la propiedad de los estadios, porque habitualmente quedan en tierra de nadie. Los clubes los ocupan pero no invierten en infraestructura.
¿Influye el hecho de que el Mundial se celebre en Sudamérica para organizar los aspectos de seguridad?
La Copa del Mundo viene de Sudáfrica, donde las amenazas de seguridad eran más graves que en Brasil. El tema está en el rol que cumplen las policías. En nuestro continente ocupan un lugar importante. En un tema civil, como es el fútbol, no necesariamente tiene que estar la policía en el borde de la cancha. Tiene que haber una estructura amable ya que esto, a la larga, es vejatorio y genera una reacción de los aficionados.
Pasando a la realidad argentina, ¿por qué los extranjeros siguen eligiendo al fútbol local como espectáculo y por qué se acepta el maltrato desde los encargados de la organización?
Hay un tema de costumbre y de aceptación tácita de ciertos grupos de la sociedad. Lo que uno viene a ver como extranjero a Argentina es la pasión. Sin embargo, no hay necesidad de asistir a un espectáculo violento para vivir la pasión. Es una necesidad de los organizadores hacerse cargo de sus espectáculos.
Yo creo que va a cambiar totalmente la educación así como la exigencia. Los que vayan a Brasil, cuando vuelvan a sus territorios nacionales no van a exigir lo mismo. Ese es el desafío para estar preparados. Esto va desde la puntualidad con la que comienzan los partidos, la calendarización, la infraestructura deportiva. Hay muchos temas en los que el fútbol sudamericano no ha ido a la par con el desarrollo de las sociedades y los países. Brasil va a activar una tendencia que no se va a poder revertir.
¿Los países van a estar listos para recibir a ese caudal de gente con nuevas expectativas?
Es un proceso. Pero a la larga termina siendo un efecto dominó. En Chile para el Mundial Sub20 femenino se renovaron cuatro estadios. Lo que sucedió con eso es que como cuatro comunas recibieron estadios nuevos, el resto de las comunas empezaron a exigir lo mismo. A la larga el consumidor de fútbol en general se va empoderando y empieza a hacer valer sus derechos.
¿Cuáles son los principales temas a corregir en los espectáculos deportivos?
Hay varios temas críticos. Entre los más relevantes está sin dudas la violencia, que es un tema que atraviesa al fútbol por su índole social. Después aparece la propiedad de los estadios, porque habitualmente quedan en tierra de nadie. Los clubes los ocupan pero no invierten en infraestructura.
¿Influye el hecho de que el Mundial se celebre en Sudamérica para organizar los aspectos de seguridad?
La Copa del Mundo viene de Sudáfrica, donde las amenazas de seguridad eran más graves que en Brasil. El tema está en el rol que cumplen las policías. En nuestro continente ocupan un lugar importante. En un tema civil, como es el fútbol, no necesariamente tiene que estar la policía en el borde de la cancha. Tiene que haber una estructura amable ya que esto, a la larga, es vejatorio y genera una reacción de los aficionados.
Pasando a la realidad argentina, ¿por qué los extranjeros siguen eligiendo al fútbol local como espectáculo y por qué se acepta el maltrato desde los encargados de la organización?
Hay un tema de costumbre y de aceptación tácita de ciertos grupos de la sociedad. Lo que uno viene a ver como extranjero a Argentina es la pasión. Sin embargo, no hay necesidad de asistir a un espectáculo violento para vivir la pasión. Es una necesidad de los organizadores hacerse cargo de sus espectáculos.
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