La crisis económica obliga al Málaga a un despido masivo de sus jugadores
La pandemia del coronavirus fue un gran batacazo que afectó financiera y sanitariamente a todo el mundo. En el ámbito deportivo, todas las ligas tuvieron balances negativos en sus cuentas al cerrar las temporadas. Lo mismo sucedió con los equipos, y peor aún con los de menor peso deportivo y económico.
Un claro ejemplo es lo que está atravesando el Málaga, que a pesar de haber logrado permanecer en la Segunda División de España, el club está envuelto en grandes problemas financieros. A tal punto que, las autoridades anunciaron que para evitar la quiebra comenzaran un procedimiento de despido masivo que afectará al plantel de fútbol masculino.
"La dirección del Málaga Club de Fútbol, S.A.D ha comunicado a la plantilla de futbolistas profesionales la intención de iniciar un procedimiento de despido colectivo. Esta nueva reestructuración se une al plan económico que busca sacar al club blanquiazul de la complicada situación financiera en la que continúa inmerso a pesar de los recientes esfuerzos", explica el comunicado publicado por el club en su página web.
Aunque parezca algo poco ético, la institución se basará a un Expediente de Regulación de Empleo (ERE), un mecanismo que le permite a una empresa que está teniendo serios problemas económicos, suspender o despedir a sus trabajadores.
De esta manera, algunos futbolistas quedarán en libertad de acción, mientras que otros podrán renegociar sus contratos adaptándose a las nuevas medidas económicas impuestas por el administrador judicial, que establece un tope salarial de 200 mil euros. Lo que equivale a una rebaja salarial de un 80% o 90%. Con todo esto, el objetivo del club es ahorrar 5 millones de euros para cumplir con las exigencias financieras de LaLiga.
Dentro del plantel figuran 2 argentinos: Esteban Rolón, el mediocampista de contención surgido en las inferiores de Argentinos Juniors, y Gonzalo Crettaz, que no llegó a jugar en Argentina.
La pandemia fue una de las causas principales de este presente pero la salida a principio de año del jeque Abdullah bin Nasser Al Thani, quién había comprado el equipo en 2010, fue determinante.