La jugadora se incorporó al club francés en el verano de 2020 y meses después, en marzo de 2021, se enteró que estaba embarazada. En ese contexto, el cuerpo médico del club le recomendó que dejara de jugar momentáneamente y la institución le redujo el salario, motivo por el cual la islandesa denunció al Lyon y trasladó su caso a FIFPRO, que luego pasó a la Cámara de Resolución de Disputas de la FIFA y esta se mostró a su favor. Según lo que contó en un medio estadounidense, tras regresar a su país con el deseo volver al club para continuar su carrera después del nacimiento de su hijo empezó a sufrir los impagos del club.

Actualmente, se sumó a la Juventus de Italia y manifestó estar muy contenta debido a que esta resolución "es una garantía de seguridad financiera para todas las jugadoras que quieren tener un hijo durante su carrera". El objetivo de Sara es que ninguna otra futbolista que quiera ser madre durante su carrera futbolistica pase por una situación similar.

