Después de un paso fallido, la Superliga Europea vuelve a la carga para intentar meterse en el mundo del fútbol. Sin embargo, esta vez presenta varias modificaciones según Bernd Reichart, director general de A22 Sports Managament, una de las promotoras del proyecto, en una publicación en El País.


El comunicado cuenta con diez principios en los que se basaría la competencia. El primero de ellos sería eliminar a los miembros permanentes y que exista un sistema de clasificación abierto. Además, se extendería entre 60 y 80 equipos participantes. Eso sí, deberían estar comprometidos con sus torneos nacionales.

También está la idea de mejorar la competitividad con recursos estables y sostenibles, garantizándole como mínimo 14 partidos a cada equipo, cuidar la salud de los jugadores sin aumentar las jornadas de competición europea y que las competiciones sean gobernadas por los clubes con normas de sostenibilidad financiera transparentes y aplicada de forma rigurosa.


Además, tiene la intención de que se convierta en la mejor competición de fútbol del mundo, mejorar la experiencia de los aficionados, desarrollar y financiar el fútbol femenino, aumentar significativamente la solidaridad y el respeto de los valores y normativa de la Unión Europea.