Luego que la Premier League acusara al Manchester City de 115 irregularidades financieras entre el 2009 y 2018, el último campeón del torneo tomó medidas. El conjunto dirigido por Pep Guardiola considera “ilegal” y “discriminatoria” la nueva regulación sobre acuerdos con partes relacionadas (associated party transaction), según informó The Times. El medio británico apunta a que la disputa legal se dirimirá las próximas semanas en un arbitraje privado, que podría tener importantes consecuencias en el equilibrio competitivo del fútbol inglés.

Desde el City entienden que deberían tener total libertad para exigir determinados importes a sus potenciales patrocinadores, independientemente de si les une un vínculo accionarial directo o indirecto. En su opinión, el hecho de que una agencia independiente mida si los precios se ajustan o no a la realidad del mercado y los activos contratados frena su capacidad de generar nuevos ingresos.


Estas reglas se introdujeron a finales de 2021, en pleno desembarco de Arabia Saudita en el accionariado del Newcastle United a través de Public Investment Fund (PIF). El club ya firmó como patrocinador principal a una compañía del país, Sela, logrando un fuerte salto de ingresos para competir con más opciones por entrar en competiciones europeas.

En caso de imponerse el criterio del City en los tribunales, la docena de equipos que apoya explícitamente a la Premier temen un fuerte desnivel competitivo. La razón no es otra que, tanto las normas de la UEFA, como las que plantea introducir el futuro regulador inglés del fútbol, establecen los topes de gasto en plantilla al volumen de ingresos. Dicho de otro modo, cuantos más ingresos comerciales, mayor capacidad para invertir en futbolistas.

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