El mundo de los agentes de futbolistas está cerca de vivir una serie de cambios que se prevé altere los mercados de traspasos. Con el nuevo reglamento de la FIFA, estos profesionales ya no sacarán partido del precio de los traspasos de sus clientes, sino que sus emolumentos irán ligados al salario del jugador y tendrán un tope. La organización que preside Gianni Infantino quiere atar en corto este negocio que, una vez superada la pandemia, volvió a rozar los 600 millones de euros en el mercado internacional de traspasos de 2022.

Grandes agentes, como Jorge Mendes, tienen entre manos un centenar de jugadores. Los futbolistas de su agencia, Gestifute, tienen un valor de mercado superior a los 1.300 millones, según Transfermarkt. Algunos clubes tienen evidentes relaciones y facilidad para firmar jugadores suyos, convertidas estas compañías en auténticos salvavidas para entidades que necesitan comprar y vender cada verano para cuadrar cuentas. En este contexto, la Fifa ha tomado cartas en el asunto. Quiere controlar este millonario mercado y que el dinero ligado a los traspasos sea más transparente y sostenible. Mucho se ha hablado de las burbujas y los traspasos inflados. Movimientos que daban notables comisiones para los agentes. Esto se acabó.

El nuevo reglamento pone topes al cobro del agente, pero no sobre el montante de la operación de traspaso, sino que sus emolumentos van a cargo del salario de su representado. Si es un jugador de élite (sueldo por encima de los 200.000 dólares), se llevaría hasta un 3%; y hasta un 5% si cobra por debajo de esta cifra. Mismos porcentajes se puede llevar el agente cuando asesora al club firmante, aunque permite la doble representación (jugador y club).

En cambio, el organismo presidido por Gianni Infantino incentiva el trabajo de los agentes como colocadores de futbolistas descartados por los clubes. En estos casos, la comisión puede llegar al 10% de la transferencia. La Fifa fomentará este tipo de operaciones que, por otro lado, ya suponen el 72% del negocio que mueven los agentes en los traspasos. Echando la vista atrás, los pagos por estos servicios suponían un 63% hace sólo cinco años (282,8 millones).


En cuanto a los tiempos, el regulador dará algo de margen a estos cambios, ya que las nuevas normas se introducirán en octubre de 2023, de modo que queda exento en el actual mercado de verano. Está por ver si condiciona esto al mercado y a los grandes fichajes de verano. A fecha de hoy, ya se han firmado operaciones por valor de más de 3.550 millones, incluyendo los 220 millones desembolsados por Arabia Saudí para reclutar a algunas estrellas del Viejo Continente.

Más transparencia y fuera intrusismo

Otros objetivos fundamentales de la normativa son “promover un espíritu de solidaridad entre el fútbol base y el de élite” o “proteger a los menores” poniendo coto a una tendencia de captar jugadores cada vez más jóvenes, detalla la Fifa en el documento. Los agentes ahora pueden firmar a un futbolista menor de edad “como pronto, seis meses antes de que cumpla la edad en la que pueda firmar su primer contrato profesional” en el país en el que compite.

En España la edad mínima está fijada en los 16 años. Además, la Fifa quiere “mejorar la transparencia administrativa y financiera”, por ejemplo, con la obligatoriedad a todos los agentes de registrarse en el TMS, su sistema propio para el control de las transferencias. Periódicamente, se hará pública la lista y se podrá conocer el número de agentes profesionales que trabajan en la industria del fútbol. En la primera oleada de exámenes, sólo el 52% de los candidatos aprobaron el examen: tan sólo 1.962 de los 3.800 aspirantes.

Fuente: 2Playbook.